#RenovaciónEs
Busquemos una renovación en la política, hagamos un análisis serio de aquellos que nos quieren gobernar.
Mucho se habla de renovación en la política y se cree que renovación es que se acaben lo que denominan “política tradicional” o los delfinazgos, pero en esa imagen aparecen activos el hijo de Inti Asprilla, la hija de Pizarro León Gómez, o los hijos de Luis Carlos Galán o los hijos de Lara Bonilla o incluso Humberto de la Calle, por citar algunos ejemplos.
La renovación en nada depende de las herencias o del vínculo sanguíneo, o de si es un político tradicional o no, la renovación que Colombia necesita es de ideas, no de caras o apellidos.
¿Será que Colombia necesita un ejecutor?, ¿una persona o personas que hayan sido exitosos tanto en su vida comercial o privada, en administrar negocios, equipos de fútbol y ciudades? o ¿necesita un grupo de personas que solo saben criticar, oponerse a todo y brindar pocas soluciones?
Ambos políticos son necesarios, pero para gobernar, para dirigir un país se necesita alguien que sepa ejecutar, que sepa administrar, no uno que sepa hacer debates de control político o mandar derechos de petición para controlar y hacer veeduría.
Estos últimos harán como siempre una buena oposición, pero el país necesita alguien que ya haya demostrado que puede hacer que un negocio, un equipo o una ciudad tengan un éxito rotundo con sus ideas, con su equipo de trabajo.
Ejemplos de liderazgo existen en el Valle del Cauca con aroma de mujer, en la Costa Atlántica con la informalidad de una gorrita, en Antioquia con la fanfarria, frescura, finura y otras cosas por F.
En la oposición, que sigan ejerciendo política desmovilizados, negociadores de paz, veedores y exministros santistas.
En todo caso el país debe rechazar como gobernante a quien jamás ha construido nada, quien prometió cientos de jardines infantiles a una ciudad y no terminó ni tres, a quien no pudo con ninguna de sus promesas “capitales”, a quien delinquió, se le premió y aún hoy en día no pide perdón ni reconoce sus delitos o repara sus víctimas.
La renovación no está en desconocer la política que está en la sangre, excelentes políticos han sido Lara y los dos Galán, en mi concepto, pero ahora el país necesita un ejecutor, un gerente que siga adelante con la política de economía de reconstrucción, sin aflojar con vehemencia en el tema de seguridad, una persona que diga y haga a pesar de las críticas, el presidente Duque deja un camino importante y es el momento para que otro u otra recoja el listón y seguir en el relevo para un país mejor.
Eso sí, ese candidato debe prometer proteger líderes sociales, seguridad para ciudades y campo, reactivación económica después de la pandemia y reformas importantes en temas de salud, educación y justicia, cuyo fondo ya he mencionado en otras columnas.
Busquemos una renovación en la política, hagamos un análisis serio de aquellos que nos quieren gobernar, pensemos en cómo han sido como políticos, dirigentes y personas.
Hay personas y partidos que nacen para una buena oposición y otros que deben gobernar cuando se necesita ejecución, y existen otros que nacieron para destruir, esos no deben tener apoyo político.
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