La vida debe ser felicidad, incluso en momentos duros o críticos se debe vivir con responsabilidad, pero con altivez y alegría.
Iván Duque en campaña fue un candidato cándido, divertido y profundo a la vez, bailaba, tocaba guitarra a la vez que daba cátedra en economía y de las políticas públicas contenidas en su programa de gobierno. 

En lo personal quería que su gobierno fuera igual, profundo, pero vivaz, ha sido duramente criticado, pero Iván Duque ha mantenido el barco a flote y a pesar de la pandemia al final de su mandato se verá el éxito de la vacunación y de sostener al país económicamente.

Sin embargo, me quiero concentrar en que el jefe de gobierno debe recuperar ese espíritu cálido y muy cordial para manejar la crítica, yo esperaba que si se equivocaba diciendo “Polombia” al otro día saliera a sacarle partido con su humor, con su inteligencia; que si se equivocaba en la conjugación de un verbo, como decir “así lo querí”, amaneciéramos con un poema a María Juliana sacándole provecho al disparate; que si juzgaba como deporte nacional “comer ministro al horno”, lo hiciera con su humor negro, con ironía; que si alguien insulta o se mete con su familia no se eleve a la categoría de víctima, sino que responda de forma enfática, pero nunca exagerada.

Errar es de humanos, como también lo es levantarse después de caer, en estos tiempos tan difíciles el temple y el aguante es de valorar,  la madurez que ha tenido para pensar de manera estratégica en  fortalecer al país a pesar de la crítica,  seguir adelante manteniendo firme el timón demuestran su compromiso con Colombia, inclusive sobre el bullicio de los medios.

Es momento de recuperar el sentido del humor para hacerle frente a los problemas, que aunque sus soluciones han sido muy bien aplicadas, no dejan de ser criticadas, y ante esto solo es posible pararse derecho, poner la mejor cara y continuar haciéndolo bien. 

Es de todos reconocidos que el sentido del humor siempre ha estado relacionado con el nivel de inteligencia y señor Presidente no dudo de la suya, para llegar a gobernar un país como Colombia es necesario tener conocimiento, pero a la vez mantener el buen ánimo. 

Somos hijos de nuestra cultura, del deporte, de las fiestas, de la música, del baile, y necesitamos ser gobernados con entereza y sabiduría sin olvidar de dónde venimos. 

En fin, creo que no es tarde para que el señor Presidente recupere su alegría, la profundidad en sus acciones la ha demostrado ampliamente. 

Es su regocijo, su júbilo, lo que le hará poder terminar su mandato con los logros para mostrar y que la historia sea justa con usted y su gobierno, que si bien ha tenido fallas ha tenido muchos aciertos en especial en momentos de crisis y de pandemia.