La semana pasada teorizábamos sobre la necesaria idiotez que se requiere para llegar a ser presidente. No es tanto que hasta un idiota pueda llegar a presidente, sino que para ser presidente se necesita ser idiota. Esa sería la idea. Hoy correspondería poner ejemplos. Todos tranquilos, políticamente correcto es mi segundo nombre, así que no hablaré del que todos piensan. Pondré ejemplos foráneos. Digamos, el problema de Cataluña. Independencia sí, independencia no. Una cuestión de calado y profundidad. ¿O no? ¿Y si todo se debiera no a complejas causas histórico-social-económicas sino, simplemente, a que los actores implicados son idiotas?
Rajoy y Puigdemont. Respectivamente Presidente de España y del gobierno regional catalán. Del primero circulan videos con sus frases absurdas. El buen hombre se lenguó la traba (olé) y dijo en sede parlamentaria, delante de todo el hemiciclo, que lo que él había hecho era engañar a la gente. O que nadie sabe exactamente cómo se produce la lluvia. O que él es un sentimiento y tiene seres humanos. Legendaria su frase de que los españoles somos muy españoles y mucho españoles. Que, a día de hoy, sus exégetas aún interpretan.
Puigdemont. Un tipo al que comparan con Tintín a causa de su psicotrópica fuga a Bélgica y que provocó uno de los momentos más espectaculares de la política reciente al proclamar y suspender la independencia de Cataluña en un lapso de siete segundos. Las reacciones infartantes de sus seguidores son dignas de ser vistas en bucle. ¿
¿Y si en lugar de estos dos caballeros hubiera habido al mando personas más o menos capaces? Tampoco pido genios. Pero al menos gente que sepa a qué se debe la lluvia. Trump. Presidente de los EEUU. No digo nada. Solo piensen en él. Un ratito. ¿Ya lo hicieron? Bien. Ahora piensen en Putin. ¿Quién le roba el dinero del almuerzo a quién? Todos han pensado lo mismo que yo. Pues eso. Sigan mi razonamiento. ¿No será que todos los desastres que pasan en el mundo no son realmente debidos a tantas y tan importantes causas como nos intentan convencer los académicos, sino simplemente a que la mayoría de los gobernantes son unos ceporros de tomo y lomo? O sea, el cambio climático se nos viene encima, el mundo se acaba y aquí en Colombia todo gira alrededor de exportar petróleo y encontrar nuevos yacimientos. ¿De verdad no hay ninguna idea mejor para basar la economía de este país que aquella que implica provocar la hecatombe?
Cuando el nivel del mar suba y Barranquilla sea destino subacuático, me avisan.
¿Y si estuviéramos en manos de memos? Personas incapaces de respirar y pensar simultáneamente. Y lo peor es que seguro que ellos se creen el acabose. El conocido como efecto Dunning-Kruger indica que los tontos tienden a creerse listos y los listos tontos. Eso explicaría por qué a presidente se suele presentar personal con menos papeles que una liebre. No es que se sepan tontos y hagan del cinismo su tarjeta de visita. Es que son tan tontos que se creen listos.
@alfnardiz
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