Debutó Carlos Queiroz con la Selección Colombia y se notaron cosas que ya van teniendo su sello. Comenzando por el cambio del tradicional 1-4-2-3-1 en la victoria sobre los japoneses al 1-4-4-2 de la derrota ante los coreanos. Este último módulo es el que más utilizan los técnicos portugueses. La utilización de dos puntas Zapata-Morelos será el comienzo, con toda seguridad, de la discusión de si es mejor dos puntas o uno. Habrá quien invoque otra vez el cuento de los dos pianistas en una orquesta de que hablaba Don Pancho Villegas.
La utilización de Arboleda, Orejuela, Borja, Villa y Díaz es el anuncio que la nueva generación viene empujando. Arboleda tuvo responsabilidad en los dos goles coreanos y, sin embargo, tuvo la personalidad de ir a la zona mixta y habló con la prensa. Lo de Orejuela y Borja que fueron “sorpresas” le indicó a Queiroz que puede contar con ellos. Lo de Villa y Díaz resultó mejor que el pensamiento del más optimista.
Lo de Luis Díaz es de lo que más se habló durante y después de los dos juegos. Díaz se ha consolidado jugando en el perfil izquierdo. El guajiro es un todo en uno. Es fuerte, es rápido, pícaro, tiene dribling, tiene amague sobre la carrera, domina el arte de las diagonales, es atrevido, colectivo y tiene gol.
Díaz llegó a la selección de la misma manera como llegó al Barranquilla y al Junior, con unas ganas insuperables, con la decisión que sólo tienen los irreverentes y atrevidos que confían en sus condiciones. En Junior y el Barranquilla jugó y se quedó. Con Colombia pasará igual.
El jugador del que más se habló en el Mundial de Rusia fue del volante sobre la izquierda porque no se tuvo. Muriel salió en auxilio de Pékerman. Es que se extrañó a Edwin Cardona que se adecuó a ese lugar. Con Díaz se da la solución al tema como con algunos otros.
Que ha sido muy difícil conseguir un lateral derecho que esté cuando Arias no pueda. Orejuela apareció cuando, incluso, la cátedra arrugó la cara por su convocatoria. Lo mismo pasó con Borja con el lateral izquierdo y el día que sea convocado Gabriel Fuentes pasará igual.
Supe, de muy buena fuente, que Queiroz vio los cuatro partidos que dirigió Arturo Reyes y, desde entonces, comenzó, con su cuerpo técnico, a seguir jugadores que suman medio centenar.
Estos partidos eran exámenes para diagnosticar cosas, para mirar otras y para probar dentro del grupo qué clase de persona es cada jugador. Y uso palabras de Campo Elías Terán: algunos sumaron millas rumbo a la Copa América de Brasil. Otros las restaron…
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