¿Están satisfechas las necesidades más esenciales de nuestra sociedad? ¿Se dan las condiciones fundamentales para que las comunidades puedan aumentar y mantener su bienestar? ¿Existen oportunidades para que todos podamos desarrollar nuestro potencial?

El Índice de Progreso Social –IPS– da cuenta de ello. El IPS surge en el Foro Económico Mundial, y lo novedoso es su adaptación a nivel subnacional aplicando al contexto urbano la metodología desarrollada por el Social Progress Imperative, con asesoría del Profesor Michael Porter, para los países del mundo. En Colombia fue recientemente lanzado el IPS interciudades, un ejercicio que permitió la comparación entre 10 ciudades, utilizando información recabada por la Red de Ciudades Cómo Vamos entre 2009 y 2014.

Hace pocos días, las iniciativas Cartagena, Valledupar y Barranquilla Cómo Vamos promovimos un espacio de análisis para los resultados obtenidos por el Caribe teniendo en cuenta las preocupantes diferencias territoriales que puso en evidencia. Mientras que las ciudades de la región Andina (Manizales, Medellín y Bogotá), con un IPS promedio de 72.8 sobre 100, se encuentran en tránsito hacia niveles “altos” de progreso social, las ciudades del Caribe (Barranquilla, Cartagena y Valledupar), con un IPS promedio de 55.3, se encuentran apenas superando umbrales de progreso social “bajo”.

Ante la hegemonía de un partido que aumentó en las pasadas elecciones su poder regional conquistando las principales alcaldías, gobernaciones, concejos y asambleas del Caribe colombiano, consolidando un proyecto político con miras a la presidencia en 2018; habría que preguntarse si este logro se traducirá en mayor bienestar para nuestra Región y sus gentes.

Ojalá nuestros gobernantes tuvieran el coraje de adoptar metodologías como el IPS para medir el resultado de su gestión. La Unión Europea lo usa para evaluar su Fondo de Cohesión Regional, ciudades como Río de Janeiro y Detroit ya han comenzado a aplicarlo. Se trata de un aporte serio para medir el progreso de las ciudades en relación a los Objetivos de Desarrollo Sostenibles, impulsados por Naciones Unidas. Para no irnos tan lejos, Paraguay lo adoptó como indicador de referencia en Plan Paraguay 2030 y Bogotá lo adaptó a nivel intraurbano.

Lo más importante de esta medición, es que traza una agenda de Progreso Social para nuestra Región: mejorar la nutrición y cuidados médicos básicos, las condiciones de agua y saneamiento, aumentar coberturas en educación básica y superior, facilitar el acceso de los ciudadanos a la  información y comunicaciones, brindar garantías de derechos personales, soluciones de vivienda, mejoras sustanciales en el servicio de energía, aumento en la satisfacción con los servicios públicos, procurar la sostenibilidad ambiental, el fomento de sistemas de movilidad dignos y  avances en tolerancia e inclusión social.

¿Que por qué no le caminamos a la autonomía regional, y es un proyecto que no está en nuestro imaginario latiendo como una necesidad sentida? Quizá porque como Región no hemos experimentado progreso social de la mano de las tradicionales hegemonías políticas.

Ojalá que este proyecto político que hoy se consolida, se traduzca en oportunidades, bienestar y eficacia en las políticas públicas para resolver las necesidades más apremiantes de la Región Caribe. Ver para creer.