La OMS, otra vez
Mi gran preocupación es que mientras la OMS lanza estas advertencias y propone que la comunidad médica internacional se prepare para lo que se nos viene encima, en Colombia estamos discutiendo la reforma a la salud en medio de unas garroteras de los diferentes grupos e intereses políticos frente al gobierno para ver cómo quedan sus ingresos económicos en el mejor negocio que ha habido en nuestro país en los últimos años, la salud, debido a una Ley 100 que privatizó la medicina y la puso en manos de intereses políticos que en nada benefician a lo colectivo.
Cada vez que Tedro Adhanom Ghebreyesus , director general de la Organización Mundial de la Salud se para frente a los micrófonos para hacer un anuncio sobre los riesgos actuales de la salud mundial, es preocupante porque nos alerta sobre situaciones iguales o peores de lo que ha sucedido hasta ahora con la “amenaza de otro patógeno emergente con potencial aún más mortal” y pide a la comunidad internacional que “se prepare ante la posibilidad de que emerjan nuevas pandemias”. Según él, “cuando llegue la próxima pandemia, que lo hará, debemos estar preparados para responder de manera decisiva, colectiva y equitativa”. Se refiere a otra “variante emergente de la Covid-19 que causaría nuevas oleadas de enfermedades y muertes”.
Desde 2019 hasta 2023 el coronavirus provocó más de 600 millones de casos en el mundo y, según sus cálculos, entre 15 a 20 millones de muertes, algo que descompensó la estructura de las familias, sociedades y economías a nivel global. Por tal razón, “Pido a cada Estado que se implique de forma constructiva y urgente en las negociaciones del acuerdo contra pandemias para que el mundo no tenga que enfrentar nunca más la devastación de una pandemia como la del Covid-19”.
En Colombia el primer caso diagnosticado se dio en Bogotá el 26 de febrero de 2020 en una mujer de 19 años procedente de Italia; el 6 de marzo del mismo año se declaró oficialmente la llegada del virus a nuestro país. El 9 de marzo de 2023, la cifra de casos en el territorio nacional es de 6.360.780 casos de contagios, de los cuales 6.184.346 recuperados y 142.639 fallecidos, quedan 1.220 activos y en tratamiento, según el Instituto Nacional de Salud de Colombia.
Mi gran preocupación es que mientras la OMS lanza estas advertencias y propone que la comunidad médica internacional se prepare para lo que se nos viene encima, en Colombia estamos discutiendo la reforma a la salud en medio de unas garroteras de los diferentes grupos e intereses políticos frente al gobierno para ver cómo quedan sus ingresos económicos en el mejor negocio que ha habido en nuestro país en los últimos años, la salud, debido a una Ley 100 que privatizó la medicina y la puso en manos de intereses políticos que en nada benefician a lo colectivo.
Confieso que no he leído nada sobre esta reforma a la salud, sólo titulares, y no pienso hacerlo hasta cuando no haya algo definitivo y firmado, porque no es extraño que por una sola palabra los médicos quedemos condenados frente a unas normas que ponen en nuestras manos unas vidas que dependen, no sólo del acto médico, sino de los recursos del Estado para su atención.
haroldomartinez@hotmail.com
Más Columnas de Opinión
¿Qué hacer con las tarifas de energía en la región Caribe?
Las altas tarifas de la energía en el Caribe son un problema social. La afirmación de que mes a mes cientos de miles de familias comen o pagan la luz no es lejana de la realidad. El recibo se puede llevar la cuarta parte de los ingresos de las f
Un faro de esperanza para la juventud
En medio del vendaval de desafíos que enfrenta la juventud contemporánea, marcada por la sombra ominosa de trastornos mentales que irrumpen cada vez más temprano en sus vidas, surge la necesidad imperiosa de tenderles una mano firme, de ofrecer
Café entre Evas
“Qué habría sido de las mujeres en el patriarcado sin el entramado de mujeres alrededor, a un lado, atrás de una, adelante, guiando el camino, aguantando juntas. ¿Qué sería de nosotras sin nuestras amigas? ¿Qué sería de las mu
Para el Descanso
La revisión de los titulares de prensa, o de cualquier otro medio de comunicación, se ha convertido en una seguidilla de sobresaltos. Quizá sea porque en estos tiempos todo se actualiza permanentemente, o porque la dependencia del clic induce l