A comienzos de los años sesenta se estaban cambiando muchos paradigmas científicos a partir de investigaciones trascendentes sobre la vida, en especial sobre su propia autorregulación. Uno de ellos, el químico atmosférico James Lovelock estaba desarrollando una hipótesis acerca del planeta Tierra en la que lo consideraba como un sistema autoorganizador vivo perfecto. El hecho de que todos los organismos vivos toman materia y energía y expulsan desechos, fue considerado como una de las características generales de todos ellos.
Fue invitado por la NASA para ayudar a diseñar instrumentos para la detección de vida en Marte y también para analizar su atmósfera y compararla con la de la tierra. Asumió que la vida en cualquier planeta necesitaría una atmósfera particular y océanos como medio fluido para las materias primas y los desechos. Descubrieron que las dos atmósferas son distintas, Marte es un planeta sin vida porque todas las reacciones que podrían darse entre sus gases atmosféricos se dieron y hoy no son posibles nuevas reacciones porque hay un equilibrio químico. La Tierra, en cambio, contiene gases como el oxígeno y el metano que coexisten en altas proporciones originando una mezcla de gases lejos del equilibrio químico. Las plantas producen oxígeno, otros organismos producen los otros gases, de manera que los gases atmosféricos se reaprovisionan continuamente en las reacciones químicas. Este es el origen y mantenimiento químico de la vida.
Para completar su hipótesis, se reunió con la microbióloga Lynn Margulis, quien le ayudó a aclarar muchas preguntas acerca de los orígenes biológicos de los gases atmosféricos y descubrieron una red compleja de bucles de retroalimentación que es la responsable de la autorregulación del planeta. La regulación de la temperatura es una propiedad emergente que aparece como consecuencia de los bucles de retroalimentación entre los organismos y su entorno.
Así, con plastilina, me lo explicaron: el alistonio que sembré en mi casa, el no echar basuras a la calle, regular el uso de energía en casa, ahorrar agua, no me acreditan como ecologista ni ambientalista. Tenía que entender que habíamos cambiado del paradigma “EGOcéntrico” basado en el ser humano, al “ECOcéntrico” basado en la ecología profunda –Eco: Oikos: Hogar-. Gaia es lo único que tenemos, ninguno de nosotros va a vivir en Marte.
Con estas consideraciones, me he negado a ver lo de la Amazonía para no descomponerme más después de saber lo que eso significa: la mano perversa del ser humano precipitando un suicidio planetario antes de que se cumplan los plazos naturales de la evolución, únicamente por la codicia, por el poder, disfrutar su cuarto de hora en Gaia y que los demás nos jodamos.
Por eso no creo en ningún político en este planeta, mientras juegan a la guerra y la Patria, yo sufro por la Matria.
haroldomartinez@hotmail.com
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