La Polemología es el estudio científico de los conflictos y las guerras como fenómenos sociales que son susceptibles de ser observados y analizados, y sobre los cuales se puede intervenir para intentar detenerlos o resolverlos. Descubrí esta ciencia en la búsqueda permanente de un discurso que me resulte coherente para entender un conflicto como el de nuestro país, que es absolutamente bipolar, en el sentido de estar totalmente polarizado en dos extremos antagónicos. En el medio, una gran masa que no sabe en cuál grupo ubicarse.

Es un neologismo creado por el sociólogo francés Gasthon Bouthoul, testigo de muchas guerras civiles en Europa, quien lo tomó del griego para definir el conflicto –polemos: lucha, guerra, batalla– dentro de su incesante dedicación a la búsqueda de la paz, a una posible paz entre los hombres y entre las naciones, como solía expresar. 

A partir de esta idea existen actualmente en diversos países universidades en las que se enseña la polemología a manera de diplomados o maestrías, capacitando a los estudiantes para que comprendan que si la guerra es un fenómeno socio-político inexorable, la paz también lo es y en el nivel de “necesidad para la vida”.

De la lectura de una buena cantidad de literatura al respecto, me quedaron unas conclusiones que me produjeron ambivalencia. La primera fue deprimente: después de analizar todas las guerras que pudieron ser sometidas a estudio riguroso dentro de los parámetros que la ciencia exige, se concluye que todas las guerras pudieron evitarse. Tantas vidas acribilladas detrás de nada diferente al ego individual o grupal de quienes dan la orden de hacer la guerra. ¿No es para ponerse a llorar?

La segunda es que conflicto no es sinónimo de guerra. El conflicto es algo inherente a la vida, se presenta cuando hay posiciones antagónicas con respecto a un determinado aspecto. Al presentarse esta situación, los antagonistas deben tomar una decisión acerca de pasar al metaconflicto, es decir, a la guerra o resolverlo. La guerra se presenta cuando, más allá de lo ideológico, aparecen los intereses y el miedo a perder lo que se tiene.

La tercera es consecuencia de lo anterior y me parece la más importante porque implica cambio. Los conflictos no se resuelven, se transforman en otra cosa. 

Entonces, empiezan mis preguntas. ¿Será que el atentado reciente es el primer aviso del regreso a un futuro que nadie quiere porque lo conocemos y está lleno de sangre y de mucho dolor? ¿Será que la guerra es la única alternativa que nos damos los colombianos para resolver un conflicto que nos quedó grande como país? ¿No sería pertinente que unos polemólogos nos muestren desde su visión de afuera, neutral, aquello que no somos capaces de ver para poder transformarnos en otra cosa diferente a esto que se llama Colombia y que hemos creado entre todos con nuestras actitudes?

haroldomartinez@hotmail.com