
Avatares esclavizados
En un futuro cercano en el que hasta la OMS cambie su sigla por Organización Mundial de lo que queda de la salud, ellos serán los primeros en la campaña para la abolición de todo lo que tenga que ver con el fundador de Facebook y ahora Meta, en la que pretende “meternos”.
Este cuento del metaverso no es que me simpatice mucho porque no me agrada el espacio sideral y menos el de la internet. Prefiero seguir como homo sapiens y mi terrenal orgullo primate, que devenir en un avatar conectado de manera sensorial a los dispositivos tecnológicos de internet.
Lo digo porque hoy 2 de diciembre se conmemora el Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud en conmemoración del 2 de diciembre de 1949 aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas para la represión de la trata de personas y la explotación ajena, como es su postulado central, actualizado con respecto a las formas contemporáneas de esclavitud: explotación sexual, trata de personas, trabajo infantil y reclutamiento de menores para vincularlos a los conflictos armados, explotación sexual, el matrimonio forzado.
El concepto ha evolucionado de ser el día mundial contra la esclavitud, pasando por llamarse día internacional para la abolición de la esclavitud y, en la actualidad, contra la esclavitud y su abolición. Y debe seguir evolucionando y tendrá que adaptarse a la postcontemporaneidad obligatoria en que nos tiene el desarrollo incontenible de la tecnología de los medios de comunicación. Lo cual puede llevar a que nos convirtamos en un personaje caricaturesco de nosotros mismos llamado Avatar.
Tenía consciencia del pluriverso o multiverso dentro de la visión sistémica de la vida, pero esto del metaverso se me adelantó en el tiempo con sus múltiples espacios virtuales tridimensionales que se comparten en un universo virtual con unas experiencias multidimensionales a través de la realidad aumentada, realidad virtual y tecnologías de la tercera generación. Para poder interactuar en ese tipo de entornos hay que identificarse a través del muñeco horrible ese que no le da ni por los tobillos a Schwarzenegger en Terminator. Al menos este personaje de James Cameron regresó al pasado con la posibilidad de volver al futuro, pero Mark Zuckerberg pretende atarnos a una red de internet sin la cual no existimos y en la que saben de nosotros más que nosotros mismos. Seremos unos monicongos prisioneros en la prisión de los datos, el sistema post-contemporáneo de esclavización que estará en pleno apogeo entre 5 a 10 años. Y, lo que me parece escalofriante, es que las personas quieren estar en esa prisión, lo asumen como algo de lo cual tienen mucha necesidad y prefieren ser controlados por las maravillas que allí se ofrecen.
En un futuro cercano en el que hasta la OMS cambie su sigla por Organización Mundial de lo que queda de la salud, ellos serán los primeros en la campaña para la abolición de todo lo que tenga que ver con el fundador de Facebook y ahora Meta, en la que pretende “meternos”.
Yo mejor me quedo tal como estoy en este planeta y no ese muñeco barro en el que pretenden convertirme para vivir en un mundo paralelo. No, señor, yo no.
haroldomartinez@hotmail.com
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