La presencia de Quintero en la alineación titular era un mensaje de osadía que la Selección Colombia necesitaba para emprender la perentoria tarea de vencer a Polonia y así seguir con la ilusión de la clasificación intacta.
En un equipo que en el último tiempo fue irregular en la generación de fútbol, Quintero, al lado de James, suponía una dupla que tiene argumentos para elevarle la calidad a las jugadas.
Y así fue. Quintero tomó las mejores decisiones y contagió al resto. Pase a James y centro de este para el primer gol de Mina.Tira líneas para Falcao en el segundo de Colombia.
Pero no fue solo Quintero, Colombia desplegó ayer la mejor muestra futbolística desde aquel segundo tiempo en el amistoso ante Francia. Llena de actitud, compromiso, juego, espíritu solidario, intensidad con y sin balón. El anticipo y la fuerza aérea de los defensas. La agresividad y equilibrio de los volantes. El baño de humildad de James para “ceder” su pedestal al joven Quintero y ponerse el overol del Bayern, sin perder una pizca de su calidad. El Cuadrado serio que entendió que su gambeta y aventuras individuales tienen que ser en lugares y momentos específicos. Sin dudas uno de los mejores.
Así se juega en la élite. Le queda Senegal para alcanzar el objetivo.
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