Colombia incrementó la vigilancia en la zona trasera (Wílmar Barrios, Carlos Sánchez y Jefferson Lerma) para obstruir la movilidad de Inglaterra. Fue dominado, pero salió ileso en el primer tiempo, aunque totalmente incapaz en ataque por la soledad de Falcao y la falta de compañía idónea para Quintero y Cuadrado. Lógico con esa alineación.
Apenas arrancando el segundo tramo, torpeza de Carlos Sánchez y penal. Y a partir de ese contratiempo, Colombia empleó más sus energías en discutir que en disminuir la superioridad inglesa con mejor juego.
Sin embargo, entre el desgaste de Inglaterra, el orgullo y la rebeldía de Carlos Bacca, pudo salir del sometimiento, tener dos claras jugadas de gol y terminar dominando.
El premio fue la aparición, una vez más, del gigante Mina-Midas (todo lo que toca lo convierte en oro, todo lo que cabecea lo convierte en gol). Anotó el empate y nos fuimos al alargue.
Con Bacca, Muriel, Falcao, Uribe y Cuadrado fue más que Inglaterra: atacó más para defenderse mejor. No alcanzó para eludir la definición por tiros desde los doce pasos y con ellos la eliminación. Inglaterra sigue en el Mundial.
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