Con Vladimir Putin tatuado en su pecho y posturas férreas...
El titulo es:La maestra de kínder
Jim Bridenstine, jefe de la agencia espacial estadounidense...
Adaptación norteamericana de la cinta israelí del mismo nombre.
Por lo general, las adaptaciones norteamericanas de películas extranjeras no resultan satisfactorias. A pesar de que abarcan mayor público por la poca acogida que tienen los subtítulos en inglés, nunca alcanzan el nivel de profundidad, la ambientación, o el tono específico de la original.
Sin embargo, y a pesar de las diferencias entre las dos versiones, La maestra de kínder, logra el objetivo, en especial gracias a la excelente actuación de Maggie Gyllenhaal en el rol de la maestra Lisa Spinelli, cuya presencia se hace constante a lo largo de casi toda la cinta.
Lisa es una profesora de kínder de Staten Island, New York, dedicada con conciencia a su labor. También está involucrada en un círculo de poesía con el objetivo de completar sus estudios de literatura. La frustración que experimenta como artista se manifiesta cuando lee sus poemas ante el grupo, dirigido por Simón (Gael García Bernal), quien parece tener la última palabra en cuanto a qué tiene o no valor literario.
Los comentarios de Simón respecto a sus poemas no son precisamente lo que ella espera, y en su propia casa tampoco se siente muy triunfante. Su esposo, Grant (Michael Chernus), la apoya, pero sin mucho convencimiento, y sus hijos adolescentes, Lainie y Josh (Daisy Tahan y Sam Jules), están en lo suyo y no le prestan mayor atención.
La situación cambia cuando Lisa descubre un talento especial en Jimmy Roy (Parker Sevak), uno de sus pequeños estudiantes del kínder quien, con escasos cinco años, es capaz de componer poesías de gran intensidad y contenido, que resultan mucho mas alabadas por el grupo. Mientras los poemas de Lisa son tildados de pretensiosos, los del niño se perciben más profundos, por la sencillez que encierran sus versos.
Lisa siente que ha descubierto un prodigio, y se frustra cuando ve que las personas que están a cargo del niño no lo reconocen. Se inmiscuye tanto con el tema, que decide tomar las riendas del asunto. Pero las soluciones que busca no son las mas apropiadas, y lo único que logra con su obsesión son desaciertos patológicos y extraños comportamientos que traicionan el objetivo mismo que se propone.
La indiferencia del mundo ante el talento artístico es una constante a la que muchos en el área están expuestos, y tratar de romper las barreras y los esquemas sociales no es fácil. La película nos hace cuestionar entonces el lugar del arte en un mundo cuyo ritmo no permite los espacios apropiados para su vital desarrollo.
Dirigida por Sara Colangelo, esta versión resulta mas liviana, contemplando mas el punto de vista de la maestra, mientras la original israelí, dirigida por Nadav Lapid en 2014, se concentra mas en el niño, haciendo que el espectador se sienta mas perturbado e incómodo.