Con la entrada directa de películas a las plataformas digitales, la audiencia está cada vez más expuesta a historias y géneros inesperados y sorprendentes, como sucede con “Casting JonBenét.”, que ha causado controversia.
La película se compone de audiciones para un supuesto filme que recrearía el impactante caso aún no resuelto de JonBenét Ramsey, la niña de 6 años asesinada en Boulder, Colorado en 1996, que acaparó la atención del público mundial.
Pero el hipotético filme no existe, y sin conocer muy claramente las intenciones de la directora australiana Kitty Green, lo que se presenta es un híbrido donde se mezcla la recreación de los hechos con interpretaciones subjetivas de los potenciales actores. En algunos momentos éstos llegan al extremo de revelar experiencias tan personales, demostrando el grado de fascinación que tales crímenes provocan en la sociedad.
La cinta cuenta con artistas locales, tanto profesionales como no profesionales, que experimentaron el proceso en su momento u oyeron de él, porque no hay nadie en la región que no haya sido afectado por esta historia, al menos tangencialmente.
Los personajes por representar incluyen la familia directa: Patsy, la madre, John, el padre, y Burke, el hermano, cada uno de los cuales en algún momento fue considerado sospechoso; los paralelos, como el equipo de investigación policial, y por supuesto JoeBenét quien desde temprana edad participaba en concursos de belleza.
La película comienza con la audición de las niñas que aparecen todas vestidas con el mismo disfraz, con los colores de la bandera americana, y esperan su turno para el insólito espectáculo donde aspiran interpretar a JonBenét.
La cámara nos muestra luego a una serie de mujeres haciendo el papel de la madre. Vestidas con la habitual indumentaria de Patsy, en parte recrean los hechos, pero a la vez dan sus propias explicaciones y comentarios que en ocasiones se tornan surrealistas. Lo mismo sucede con el padre, y es así como terminamos oyendo testimonios muy íntimos de depresión, enfermedad mental, abuso sexual o disfunción familiar, como sucede tantas veces con los documentales.
El caso de JonBennét es de esos que acaparan la imaginación del público por su combinación de crimen y farándula. El mito sigue vigente a pesar del tiempo transcurrido, y el grado de identificación de los personajes con el caso es tal, que sus experiencias individuales se vuelven parte del espectáculo.
Por muy siniestras que parezcan algunas escenas, como la de los niños rompiendo una patilla con una linterna para comprobar si tienen la fuerza de fragmentar un cráneo, la aproximación al tema es de gran originalidad. Al poco tiempo de haber empezado, nos encontramos sumergidos de lleno en esta historia, y terminamos cuestionándonos si no hacemos parte del fenómeno del espectáculo anticipado por Debord, donde la representación de lo que somos cuenta más que lo que en realidad somos.
savdieg@gmail.com
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