Javier Milei asumió el pasado domingo como nuevo presidente de la República Argentina bajo la promesa de dar “por terminada una larga y triste historia de decadencia y declive” con un tratamiento de shock económico a través de un programa de austeridad inédito y un fuerte reordenamiento monetario.

La administración Milei enfrenta enormes desafíos fiscales, con déficits en sus cuentas públicas y en su cuenta corriente. El nuevo presidente anticipó un ajuste fiscal equivalente a 5% del PIB a través de medidas que caerán “con toda su fuerza sobre el Estado y no sobre el sector privado”.

Los desafíos de política monetaria también son extraordinarios. Las reservas netas de moneda extranjera son negativas, la inflación supera 140%, y los controles de cambio distorsionan el mercado de divisas. La última administración se dedicó a emitir dinero para financiar al Tesoro. Hoy, ese financiamiento es responsable de 10 puntos de PIB de déficit, que el nuevo presidente prometió eliminar.

Milei designó hace unos días a Luis Caputo como ministro de Economía y a Santiago Bausili como presidente del Banco Central. Esta semana, se esperan de ambos detalles del programa económico y monetario. Aunque todavía no se han hecho públicas esas medidas, algunas empiezan a adivinarse o intuirse.

En materia fiscal se esperan cambios importantes. Se anticipa un gran ajuste en el Estado, que comenzó con una reducción a 9 en la cantidad de Ministerios; también se estaría contemplado el congelamiento de los salarios públicos y una prórroga del presupuesto de este año. Se anticipa que no habrá obra pública, excepto a través de estructuras público-privadas.

Caputo recibió facultades para intervenir en las empresas y fondos del Estado, y esa intervención puede llevar a una ola de privatizaciones o liquidaciones. Se prevén cambios en el esquema de subsidios a las tarifas de energía y en el proceso de fijación de precios, en los beneficios presupuestarios a empresas privadas, y en la relación entre el gobierno central y las provincias. Estas medidas apuntan, en su conjunto, a la reducción del déficit fiscal.

En política monetaria, Bausili buscará poner fin a la emisión para financiar déficits, “la única causa de la inflación empíricamente cierta y válida” en palabras de Milei en su discurso de posesión. También buscará mejorar el balance del Banco Central mediante la transferencia de sus pasivos remunerados al Tesoro.

Además, concentrará sus esfuerzos en eliminar las distorsiones en el mercado de cambio, y reestablecer un precio de equilibrio. Los analistas y mercados anticipan una fuerte devaluación del peso en los próximos días.

El tercer gran desafío de la administración Milei en materia económica es acceder a financiamiento para poder ejecutar el ajuste y reordenamiento que propone.

La Argentina tiene vencimientos de deuda por 115 mil millones de dólares, acceso restringido a los mercados financieros globales, y un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional efectivamente caído por incumplimientos del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.

Javier Milei explicó durante la ceremonia de posesión en Buenos Aires que “no hay solución alternativa al ajuste”. Anticipó que la Argentina sufrirá estanflación en los próximos meses como consecuencia de ese ajuste y que ese es “el último trago para comenzar la reconstrucción de Argentina”.

Hacia el final de su primer día el nuevo presidente afirmó que “los argentinos de bien hemos decretado el fin de la noche populista y el renacer de la Argentina próspera y liberal”.

*CEO de Bunker

* Experto en economía. Fue subsecretario de finanzas de la República Argentina.