1. Muchos ricos se volverán tiernos y menos tacaños y tiranos  con sus trabajadores porque saben que una pandemia no tiene estrato social y porque vieron el infierno cerca, con las pailas llenas de aceite caliente haciendo burbujas coquetas. Se requiere menos plusvalía. No existe sepelio con trasteo.

2. Muchas amantes pasajeras (prepagos y pos pagos), como las llama Milan Kundera, cambiarán de profesión, de lo contrario se engordan. Va a disminuir las cirugías plásticas y estéticas ante la falta de dinero. Las curvas seguirán planas. Habrá más actividades deportivas: atletismo, ciclismo, caminatas ecológicas.

3. El comercio electrónico se va a disparar y afianzar en esta sociedad de consumo. Pero también los delitos electrónicos o cibernéticos. Ver Código Penal y Ley 1273 de 2009. Se dispararán los pleitos por insolvencia empresarial (Ley 1116 de 2006), ante la quiebra de muchas empresas.

4. Se disminuye la dinámica inmobiliaria, especialmente en el sector urbano. Se cae la venta y alquiler de casas, bodegas y oficinas. Se fortalece la tienda de barrio, pero con menos fíos, pues parece que al cachaco le robaron el cuaderno. Seguirá la tradicional ñapa.

5. Las iglesias estarán repletas de fieles pidiendo ayuda a Dios. Pero no saben que Dios tiene un supercomputador con Big Data e inteligencia artificial para ubicar a los perversos, especialmente aquellos que se robaron la plata del PAE y dejaron a los niños pobres con hambre, y también a quienes se pillaron los dineros de la salud y de saneamiento básico, como pasaba en muchas ciudades con el negocio del agua en carro-tanques. La justicia terrenal perdona, la divina no.

6. Se incrementará el fanatismo religioso cuando el feligrés no vea resultados positivos a su petición. Aumentará la brujería como negocio, la hechicería, el maleficio, la carta astral, el horóscopo, la lectura del tabaco y la tasa de café, frente a un futuro incierto.

7. El narcotráfico se incrementaría ante la falta de oportunidades de empleos. Los jóvenes serán presa de los grupos subversivos que los incorporan con mucha facilidad. La corrupción en la contratación estatal será imparable. ¡Qué robadera del putas!

8. Se fortalece la telemedicina y aumentarían los problemas mentales en personas que perdieron sus negocios o vieron disminuir sus empresas. La consulta al psiquiatra será frecuente y normal en una sociedad donde el psiquiatra es el palo, el regaño o hasta la patada.

9. La educación cambiará. Menos presencia física y mayores herramientas electrónicas. Los maestros deben actualizarse. Igualmente, el teletrabajo. Sobre este tema, se requiere una mejor reglamentación pues hay mucho abuso del empleador.

Pero, como dice el psicólogo y escritor, Viktor E. Frankl, “la salvación del hombre está en el amor y a través del amor”. Pero, además, buena dosis de humildad y solidaridad con el prójimo. Y, también, resiliencia.

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