La intención cuenta
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) publicó datos escalofriantes sobre falsos positivos:desapariciones o secuestros realizados por agentes del Estado contra civiles, con fines de asesinato.
Según el presidente de este tribunal estos civiles no murieron durante el conflicto por “un error de puntería” sino que hubo una intención, reflejada en la sistematicidad y en los patrones similares del delito. Se cometió en todo el territorio nacional. Fue una política que involucró al Estado, de manera velada y explícita. El número de víctimas pasó de 2248 (según autoridades oficiales, entre 1988 y 2014) a 6.402 según la JEP (en un periodo más corto de 2002 a 2008). En un país en donde no existe la pena de muerte, no debería ser moral ni ético hablar de “dar de baja”.Se trató de ejecuciones extrajudiciales de civiles, que no participaron en las hostilidades, para ser presentados como guerrilleros muertos en combate. Son delitos muy graves, que por su “sistematicidad” son atroces (Eduardo Cifuentes).
Las fuentes consideradas y aceptadas por la JEP para su investigación judicial fueron múltiples: versiones voluntarias, informes de la Procuraduría (más de 1500 casos), Sistema Penal, Sistema de la Fiscalía, Centro de Memoria Histórica, Coordinación Colombia-Europa-Estados Unidosy los datos obtenidos con las investigaciones adelantadas por ese tribunal. La JEP tiene la capacidad de verificar lo que recibe. Parte de la información fue entregada por exmilitares y militares que han comunicado su participación en dichos hechos o de otros agentes del Estado. Según lo anunciado, la identificación de los responsables y determinadores se realizará de abajo hacia arriba, hasta establecer responsabilidades en el origen y promoción de esta política; yde quienes estuvieron detrás de las decisiones o dejaron de atender alguna irregularidad o denuncias recibidas internamente.
Para el magistrado Cifuentes, la JEP tiene como objetivo determinar el universo delictivo de los hechos cometidos para evitar la impunidad, establecer la verdad sobre las actuaciones de los participantes en el conflicto,reparar a las víctimas y construir la paz. La paz es una condición para la democracia y con esta consolidamos las posibilidades de encontrarla; nos acercamos a ella, no nos alejamos. Vale la pena recordar que la democracia no se defiende ni se cimienta en la inmoralidad: con crímenes, violación de derechos humanos, mentiras o subvirtiendo el orden y el sistema político. La democracia es el resultado de madurez política de los pueblos. No es aceptable que, en nombre de los ciudadanos y con el pretexto de defenderlos, obstaculicemos elprogreso y crecimiento democrático. Los falsos positivos y el secuestro son los casos más representativos del conflicto colombiano. Si logramos resolver estos expedientes habremos avanzado en la construcción de la paz; por ello, quien haya estado relacionado voluntariamente con estos crímenes debe responder. La sola intención de atentar contra la libertad, la justicia y los derechos de los colombianos, cuenta. La JEP debe recibir todo nuestro respaldo y reconocimiento para que siga cumpliendo su función.
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