
Asesinato de Mujeres
La violencia basada en género causada por el machismo, es quizás una de las barreras más arraigadas que impide el desarrollo mundial.
El asesinato de las mujeres nos recuerda el peligro que representa ser mujer en un mundo patriarcal. Esta columna la escribo con el dolor a flote por el asesinato de varias mujeres – entre ellas la lideresa wayúu Aura García Peñalver, a las mujeres las están matando y esto no puede ser normalizado bajo ninguna circunstancia.
En esta columna quiero alzar la voz de rechazo por el asesinato de la lideresa wayúu y de todas las mujeres víctimas de la perversa violencia. La vida es sagrada y no se puede reducir a unos disparos o torturas. Si asesinan a una mujer, les instalan dolor, miedos e incertidumbres a todas. La violencia no es aislada, tienen impactos a gran escala, impactando en la vida de todas las mujeres generando miedos e incertidumbres.
Es preciso resignificar loa cuerpos femeninos y garantizar los derechos de las mujeres, dado que históricamente los cuerpos femeninos han sido percibidos como trincheras para ejercer violencias. Es momento de que las mujeres puedan vivir seguras y sean libres de ejercer sus derechos.
La violencia basada en género causada por el machismo, es quizás una de las barreras más arraigadas que impide el desarrollo mundial; lamentablemente pareciera que se ha normalizado esta situación, que la respuesta a sucesos violentos no trasciende el asombro (momentáneo) generado por el auge de noticias “recreadas” con imágenes de las víctimas.
La realidad de la violencia basada en género es caótica y merece una respuesta más contundente; pues según el instituto de medicina legal reporta que en Colombia cada 2 horas una mujer es violada y cada 8 minutos una mujer es maltratada, es decir, que mientras escribo estas letras y tú las lees, una mujer está en silencio padeciendo el dolor de la violencia y condenada a la impunidad y en peores casos al peso de la condena social con la frase: “Algo hizo para que la maltrataran”.
Solo una mujer violentada es demasiado, pero estudiar las estadísticas nos permite reconocer que estamos frente a una grave problemática, que no afecta exclusivamente a las víctimas directas o los victimarios, sino a todo el sistema social.
El machismo nos está matando y aunque no se hagan grandes inversiones como en casos de algunas epidemias o no se cure con una pastilla mágica de solución inmediata o se logre prevenir con una vacuna, es claro que estamos como sociedad dejándonos matar por el machismo, y por omisión u acción somos culpables de esta situación, pregunto: ¿Que debe suceder para que el machismo se considere una letal epidemia que nos está matando sistemáticamente?
Cuando hay brote de enfermedades como el Dengue (por ejemplo) todos hablan de ello, se invierten presupuestos pues hay que evitar su propagación y eso está muy bien pues se debe preservar la vida, pero mi reflexión va encaminada a que el machismo es igual que esas epidemias, pero la diferencia es que no se está considerando un problema público, social y de salud, sino como parte de la cultura. Ya basta del asesinato de mujeres, es momento de que podamos vivir confiadas y seguras, lejos de miedos generados por el sistema patriarcal.
Más Columnas de Opinión

El legado de los Acosta Bendek
Barranquilla debe a la familia Acosta Bendek dos enormes aportes a la educación y la salud: la Universidad Metropolitana y el Hospital Metropolitano.
Con el liderazgo de Gabriel Acosta Bendek y el acompañamiento de sus hermanos e

La pobreza de la Costa
Permanentemente la opinión pública principalmente la oficial de los gobiernos de turno y quienes trabajan en estadísticas demuestran, mencionan, analizan, que la Costa Caribe tiene los más bajos índices de atraso, de progreso, de miseria en m

Fin, inicio y fin
Cada día que pasa estamos más cerca del fin y a la vez del inicio. El último domingo de mayo y muy probablemente el tercero de junio se abrirán los puestos de votación para esperar, ojalá mayoritariamente, a los colombianos que aún creemos

La Ley 1715 de 2014
Este 13 de mayo se cumplieron los primeros 8 años de la sanción de la Ley 1715 de 2014 “por medio de la cual regula la integración de las energías renovables no convencionales al Sistema energético nacional”. Este proyecto fue concebido y