P.: ¿Qué ejemplos de obras literarias sobre epidemias hay? Pedro Nel Aya, B/quilla
R.: En la literatura, la peste o la reunión de personas para huir de la peste ha sido recurrente. Por ejemplo, De la naturaleza de las cosas (s. I a. C.), de Lucrecio, concluye con la descripción de una peste en Atenas. En El Decamerón (1352), de Boccaccio, siete mujeres y tres hombres se resguardan en la afueras de Florencia para hilar relatos ingeniosos y eróticos. En Los cuentos de Canterbury, de Chaucer, unos peregrinos, camino a la catedral de Canterbury, hacen un concurso de historias que traslucen la conmoción generada por la peste, aunque no la menciona. El Diario del año de la peste (1722), de Defoe, es una visión panorámica de cómo se va descomponiendo la sociedad inglesa por el avance de la epidemia. En Los novios (1827), de Manzoni, la sensibilidad de los protagonistas está ambientada en un Milán asolado por la enfermedad. La peste (1947), de Camus, plantea la solidaridad, plasmada en la búsqueda que emprenden científicos y médicos para dar con las causas del mal. En fin, Poe tiene dos cuentos sobre la peste: La máscara de la muerte roja y El rey peste.
P.: Origen de ‘espantajopo’. ¿Por qué se asocia con quienes quieren mostrarse o demostrar lo que no son? Álvaro Suescún T., B/quilla
R.: En español existe ‘espantajo’, palabra que alude a un monigote grotesco y desaliñado que puede espantar, como un espantapájaros o alguien ataviado de manera muy irregular, pero es también un sujeto arribista, presumido, que exagera sus cualidades o sus hazañas o la calidad de sus bienes, puro oropel. Para referirse a la realidad que representan estos individuos, una creación individual o colectiva del ingenio popular los llamó espantajopos para resaltar que eran ‘espantajos jopo’, esto es, espantajos fastidiosos y ridículos. Este localismo, surgido en Barranquilla décadas atrás, unió ‘espanta’, inflexión del verbo espantar, y el sustantivo ‘jopo’ para formar una palabra compuesta, que era espantajojopo, pero que por el fenómeno fonológico consistente en la supresión de una sílaba cuando suena igual a la que tiene al lado quedó en espantajopo. Es lo que también sucede, por ejemplo, con ‘trágico-cómico’ que derivó en ‘tragicómico’. La voz espantajopo sirve para burlarse de quienes fanfarronean y se dan ínfulas.
P.: ¿De dónde viene el término virus? LAS, s. i.
R.: Viene del latín vīrus ‘zumo ponzoñoso’, y remotamente del griego ĭós ‘veneno’. El sabio francés Louis Pasteur y un colaborador desarrollaron un filtro de porcelana capaz de retener bacterias. Después, otro científico demostró que había organismos más pequeños que estas, pues habían logrado atravesar el filtro, en el que había vertido un zumo venenoso y concentrado hecho de plantas de tabaco enfermas. Tales organismos, que no podían verse con los microscopios de entonces, fueron denominados virus por asociación con el significado latino de la palabra.
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