P.: ¿Qué es un ‘nudo gordiano’? Alba Negrete, B/quilla.
R.: Era costumbre en el campo sujetar en los cuellos de una yunta formada por dos bueyes o dos mula el yugo de madera, al que se ataba la lanza o el palo que controlaba el arado. Se dice que Gordio, rey de Frigia, antigua región de Asia Menor, amarró la lanza al yugo con un nudo ingenioso, tan complicado de desatar que era imposible dar con cualquiera de sus dos puntas. Muchos lo intentaron sin éxito, estimulados porque un oráculo había prometido el dominio de Asia a quien lo consiguiera. Aunque confiesa que su Historia de Alejandro Magno de Macedonia tiene más ficción que verdad, el historiador romano Quinto Curcio Rufo dice en ella que Alejandro hizo el intento, pero que luego de varios ensayos tampoco logró deshacer el nudo; entonces dijo: “No importa de qué manera se desate”, y, con su espada, de un tajo cortó la cuerda. Aunque se habría configurado un acto arbitrario o una burla hacia el oráculo, pues de lo que se trataba era de desatar el nudo con las manos, el vaticinio se cumplió, ya que Alejandro Magno fue gobernante de un vasto imperio que abarcaba buena parte de tierra asiática.
P.: ¿Qué significa la expresión ‘no hay quinto malo’? Gloria E. Caldas, s. i.
R.: La frase, que surgió en España y se extendió por el ámbito hispano, en principio perteneció al lenguaje taurino. La versión más difundida sobre su origen dice que antiguamente los propietarios de los toros bravos participantes en una corrida, se ponían de acuerdo y determinaban el orden en que estos debían salir al ruedo, a diferencia de hoy, cuando se hace por sorteo. Según ese acuerdo, se dejaba al que era considerado el mejor toro del cartel en el quinto lugar, y no en el sexto y último, como sería lo lógico, porque en esos tiempos los aficionados, por estar las plazas taurinas alejadas de sus hogares y por la escasez de transporte, iniciaban su regreso al comienzo de la sexta lidia de la tarde o durante los primeros envites del torero y muy pocos permanecían para aplaudir al final. Como siempre o casi siempre el quinto era un buen toro, nació el dicho ‘no hay quinto malo’.
Nota: Hace una semana me referí a que en Colombia ‘bojazo’ es un golpe fuerte dado en la espalda, y que quizá provenía de ‘boje’, pues un lingüista lo registra como sinónimo de ‘bofe’, pulmones de la res, que coloquialmente también pueden ser los pulmones humanos, situados, precisamente, donde se da el ‘bojazo’. Al respecto, el lector Gilberto Páez me escribe lo siguiente: “En lo atinente a la definición de ‘bojazo’ difiero de ella, aunque no digo que no sea cierta, porque estoy completamente seguro de que ‘bojazo’ es un golpe dado con un ‘bojo’, que es un palo para lavar, también denominado ‘manduco’ en algunas partes de la Costa”. Yo no conocía la palabra ‘bojo’, la busqué en el Lexicón de colombianismos, y allí aparece con el sentido de “garrote chiquito, grueso y redondo”.
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