Después de una jornada electoral que dejó varias sorpresas, como la masiva votación recibida por Antanas Mockus, los votos de Carlos Caicedo en la consulta de Inclusión Social y la escasa votación recibida por Alejandro Ordoñez en la consulta interpartidista de la derecha, surge la necesidad de analizar panoramas que aún no se han puesto sobre la mesa. En lo que refiere al voto Caribe, está claro que mantiene su posición de poder político tradicional, hecho que será decisivo para las elecciones presidenciales, sin embargo, más allá de los votos obtenidos en las urnas para congresistas de la Región, es importante plantear con prontitud cuál será la agenda para la Costa en términos de representación ante el Congreso.
Aunque en el 2017 se creó formalmente la RAP Caribe por parte de los gobernadores de la Región, hasta la fecha la iniciativa se ha quedado en un impulso que debe materializarse, y tal vez sería una buena forma plantear los puntos de participación y representación de la RAP Caribe ante los hoy parlamentarios electos. Armar una agenda común en la que se definan los principales problemas socioeconómicos que afectan a los ciudadanos de la Región y una ruta que articule las diferentes instituciones del orden nacional, regional y local, de cara al progreso, la autonomía, el desarrollo económico y la equidad. Si logramos manifestar un interés genuino por parte de la ciudadanía y de quienes nos representan, ese pulso político caribe podría pasar de servirle exclusivamente a los fines burocráticos para generar puentes entre los intereses de crecimiento de la Región con los candidatos actuales a la Presidencia.
Todos, absolutamente todos los candidatos a Presidente tendrán acercamientos a quienes el domingo fueron electos para el Congreso de la República por la Región, hecho que da cuenta de un poder que debemos aprender a canalizar para definir desde el 2018 lo que será la agenda del próximo gobierno para el Caribe, en términos de infraestructura, apoyo al sector productivo, superación de la pobreza, disminución de índices de violencia y compromiso con el medio ambiente. Podría generarse una triple hélice institucional de apoyo a la agenda que se defina articulando Gobierno, Congreso y autoridades del orden departamental y local, de modo que los propósitos fijados en la RAP Caribe superen lo ontológico para convertirse en una realidad plasmada en objetivos específicos de formulación e implementación de política pública.
Mujer caribe: dentro de la agenda que se proponga debe haber una visión de la mujer caribe y su proyección para potencializar la igualdad de género a través de la productividad y la participación efectiva. En este nuevo Congreso tendremos seis senadoras y nueve representantes mujeres de la Región, que si logramos aprovechar podrían servir de artífices para el fortalecimiento del papel de la mujer caribe.
@tatidangond
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