Sofía Coppola vuelve a ser parte de la Selección Oficial del Festival de Cannes, después de haber participado en 2006 con María Antonieta y en 2013 con The Bling Ring. En realidad su primera intervención fue cuando solo tenía 8 años cuando acompañó a su padre, Francis Ford Coppola, en la presentación de Apocalypse Now. 

En esta ocasión se trata del film La seducción, un remake –aunque ella no lo considera propiamente así– de una película hecha en 1971 bajo la dirección de Don Siegel y protagonizada por Clint Eastwood. 

La historia fue escrita por Thomas Cullinan y se centra en un soldado americano del Norte durante la Guerra de Secesión en Estados Unidos, que resulta herido y es rescatado por una niña que lo lleva al colegio donde está interna. 

Las pocas mujeres que quedan en dicho internado son la directora (Nicole Kidman), una profesora de francés (Kristen Dunst) y cinco estudiantes. 

Con excepción de Colin Farrel en el papel del soldado, la cinta se concentra en un elenco de actrices mujeres, eliminando todos los caracteres secundarios masculinos que aparecen en la cinta original de enfoque muy masculino.

Lo que trata de hacer esta joven y prolífica directora es mostrar la dinámica que se produce entre estas mujeres, aisladas del mundo, ante la repentina presencia de un hombre; cómo se altera la dinámica de las relaciones entre ellas y cómo se comportan con él. 

También se manejan las relaciones fluctuantes de poder entre los dos sexos, y vemos cómo en un momento dado el poder lo puede tener el sexo femenino y por alguna circunstancia, pasa a manos masculinas en una interesante dinámica.

Farrell confirmó en rueda de prensa que fue una experiencia única el poder rodar con este grupo de mujeres, en particular con Nicole Kidman con quien participa en dos películas en este festival. “Ha sido mi rodaje favorito, toda una experiencia creativa” dijo. “Hay mujeres muy talentosas, y Sofía creó un ambiente cómodo en donde nos sentimos libres como actores y pudimos explorar diferentes posibilidades”.

La película fue filmada en 35 milímetros, específicamente para ser mostrada en teatros, y Coppola comentó que “la historia requiere la atmósfera que se genera en una sala de cine, una experiencia única donde uno se puede olvidar de los móviles y perderse en las imágenes”. 

El tema del video volvió a hacerse presente y Kidman, que actúa en tres películas y una serie de televisión en este festival, comentó que el mundo está cambiando y tenemos que evolucionar con él. Nunca he tenido mas trabajo que ahora y es porque puedo laborar en cine y en televisión”.

Parte de la magia que se siente viene de la fotografía a cargo de Philippe Le Sourd, con una escena final muy seductora que queda en la memoria. Y aunque la visión es muy femenina, no hay toma posición, dejando al espectador que interprete el mensaje a su manera.