¡Bienvenidos! ¡Enhorabuena! El señor alcalde de Barranquilla, doctor Alejandro Char, ha manifestado en días recientes su gran intención de encabezar un movimiento deportivo para que la amada ciudad de Barranquilla sea sede de los próximos Juegos Panamericanos. 

El burgomaestre no es hombre que lea columnas deportivas y menos que menos escuche programaciones radiales. Pero miles de barranquilleros podrían testimoniarle que el autor de esta crónica deportiva, y de tantas en el pasado, pidió oportunamente en días pasados y antes del pronunciamiento del alcalde, que Barranquilla y sus mejores hijos rindieron un excelente trabajo de acogida y funcionamiento de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. 

Hay que decirlo porque es una verdad de a puño, que el alcalde Char se anotó un jonrón con bases llenas cuando se puso al frente del movimiento deportivo de la ciudad para acoger estos juegos que acaban de finalizar, con una organización que no tuvo nada que impugnar, toda vez que en su punto funcionaron a su debido tiempo el comienzo y el final de tantas competencias como tiene este evento regional.

Cualquiera que oye un poco a la ligera digamos, por vía radial, escucha una competencia de estos juegos puede tener una interpretación un poco a medias del volumen que se arrojaba diariamente durante dos semanas. Pero vaya sorpresa la que se llevaría si alguien le diga que estos Juegos Centroamericanos y del Caribe pusieron en acción a casi 5.000 atletas, que es ahora mismo un volumen casi similar a los de los Juegos Panamericanos, considerados con justicia la prueba colectiva del deporte regional que le sigue en importancia a los Juegos Olímpicos.

Por demás estamos plenamente identificados en la justa pretensión de la primera autoridad barranquillera, cuando se propone –reunidos los documentos- la sede de unos Juegos Panamericanos. 

Barranquilla pidió primero que Cali y que cualquier otra ciudad colombiana su interés por albergar los Juegos Panamericanos, pero con lo que no contaba es que hubiera sido un barranquillero de capa y espada, como Julio Gerlein Comelín (miembro del Comité Olímpico Internacional) manifestando abiertamente que para él la ciudad en aquellos días no estaba preparada, ni con el núcleo de dirigentes humanos, ni con el número necesario de estadios para acoger tan importante evento.

Este fue un golpe artero que se le dio a nuestra querida ciudad y que determinó la declinación de nuestra candidatura para esos juegos, hoy, como lo puede decir cualquiera, la ciudad tiene una buena preparación de escenarios, así falten unos cuantos, que no tardarían mucho tiempo en convertirse en realidad si el comité olímpico que dirige los Juegos Panamericanos accedería a acoger el nombre de Barranquilla como sede de unos Juegos Panamericanos.

Los llenos de aficionados que se vieron en todos los estadios de la ciudad para los juegos es una prueba vital del poderío humano que tenemos en nuestra amada Barranquilla, como testimonio viviente de nuestra ciudad para acoger los Juegos Panamericanos. Adelante, señor alcalde, en su empeño por obtener sede tan importante en el mundo deportivo.