En el 2015, el Ministerio de Cultura oficializó el Plan Especial de Salvaguardia (PES) a través de un documento concertado entre los actores, operadores del carnaval e instituciones públicas. En él se identificaron las principales situaciones que ponen en riesgo las expresiones de la fiesta y se diseñó un plan de acción para solucionarlas que debe ser ejecutado a diez años. Aunque hay acuerdos que se han venido materializando, año tras año se repiten situaciones que ponen en riesgo el espíritu de dicho documento. Ocurrió de nuevo, en La Guacherna. Es mi deber como defensora de la tradición y desde mi amor por el carnaval contribuir a su mejora proponiendo soluciones.
La música de Esthercita Forero invadió las calles de pasión y sentimiento. Más de 16 mil personas desfilamos y un comportamiento satisfactorio fue reportado por las autoridades. Sin embargo, se volvió a presentar una situación que fue reconocida como riesgo de la fiesta en el PES: se privilegia la visión e intereses de algunos patrocinadores sobre los símbolos y significados culturales. Es fundamental, como se acordó en dicho plan, promover procesos de vinculación de la empresa privada que sean respetuosos de las manifestaciones tradicionales y contribuyan a su salvaguardia. Esto se logra estableciendo parámetros y reglas claras para aquellas empresas interesadas en patrocinar la fiesta. Por ejemplo, no se debe permitir el uso de disfraces incompletos, como es frecuente con el disfraz de Monocuco. Algunas veces lo hacen por falta de conocimiento, por lo que se les podría brindar asesoría para la elaboración de la propuesta artística.
Por otro lado, las voces de inconformidad por parte de participantes destacados y artistas del carnaval por su ubicación en el desfile, una vez más se hicieron escuchar. Por ello es imperativo establecer criterios claros y públicos para la asignación de puestos que sean consecuentes con los compromisos adquiridos en el PES. Esto también ayudaría a generar incentivos para los grupos que, cumpliendo con los criterios de priorización, puedan obtener un mejor puesto en el desfile. Los ganadores deberían gozar de prerrogativas, generando así incentivos entre los participantes.
El Carnaval de Barranquilla ha tenido importantes trasformaciones que lo han hecho evolucionar y crecer a través de los años. Para seguir fortaleciendo esos avances sugiero dinamizar la ejecución de algunos acuerdos del PES: por ejemplo, ya han pasado casi cuatro años desde su perfeccionamiento y la comisión de evaluación, control y seguimiento no ha sido instalada. El compromiso con los actores del carnaval es recomendable que sea durante todo el año, asesorándolos y brindándoles el acompañamiento necesario a aquellos que desean derivar de ahí un emprendimiento creativo. Y es pertinente continuar el proceso que se inició con la elaboración del mapeo del sector cultural y creativo diseñando la política pública de economía naranja.
Aún hay camino por recorrer para aprovechar el potencial del carnaval en beneficio del desarrollo de nuestra ciudad y de las personas que han mantenido vivas las tradiciones de la fiesta. Para ello es imperativo seguir trabajando por la salvaguardia de sus manifestaciones, lograr que el carnaval genere desarrollo social y económico durante todo el año y que su reputación trascienda la esfera nacional.
Daniela@cepedatarud.com
@DCepedaTarud
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