Y un día llegó un panfleto a la universidad, estaba firmado por las Águilas Negras del Bloque Montes de María, esas mismas Águilas que el gobierno dice que no existen. Amenazaron a los miembros del Consejo Estudiantil, a la Federación Universitaria Nacional, y a la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios. El Rector y la Secretaria Departamental de Educación rechazaron las amenazas y exigieron a las autoridades dar con los responsables, pero recordemos, que se sepa, a estas alturas del partido el gobierno colombiano no tiene claridad sobre la existencia de las Águilas Negras, así hayan dejado una saga de muertos.

Ya en el pasado se sabe como se ensañó la guerra con las universidades, algunas universidades del Caribe, incluso, son sujetos de reparación colectiva en el marco de la Ley de Víctimas. Desaparecieron y asesinaron estudiantes y profesores, así que el asunto no es un asunto menor. Los rectores tienen la obligación moral de demandar el seguimiento del Ministerio Público, aprovechar que el Defensor del Pueblo está en campaña, elevar un oficio al Ministro de Defensa, de Educación, con copia a la Procuraduría eso sí, menos declaración en prensa y más hechos concretos, los rectores son los máximos responsables de las comunidades educativas y estamos en tiempos difíciles.

Con panfletos que anuncian “limpieza social” también se amenazaron recientemente a las comunidades indígenas de Sampués y aún con ese miedo en la garganta se celebró el Día Internacional de los Pueblos Indígenas. Esta amenaza la firma “La mano negra” que no solo generó terror en la gente del resguardo sino en toda la población del municipio. Así, “mano negra”, como en los viejos tiempos, sin evocar el menor atisbo de vergüenza. Reafirmando su propia existencia y evidenciando el aspecto étnico de esta masacre. Y también hubo panfletos amenazantes para los reinsertados de Ovejas. A ellos, que entregaron las armas, se incorporaron a la paz, y los siguen matando uno a uno. Y con llamadas telefónicas amenazaron de muerte a la secretaria Técnica del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado de Sucre, Candelaria Barrios, y a otras personas como la lideresa Malena Martínez. Y a Miguel Arrazola Saénz, Contralor de Sucre, no lo llamaron, sino que le mandaron un mensaje de texto también amenazándolo en el que le dicen que “A partir de hoy van a venir noches oscuras”.

En época electoral la situación empeora. En la noche del 6 de agosto una moto recorrió los barrios de Ovejas mandando a dormir a todo el mundo y la gente se fue a dormir. El último panfleto es de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia que dicen que ellos no participan en política, pero que declaran objetivo militar a los candidatos para la Alcaldía y el Concejo de Ovejas que representen a las Farc o a la UP, a todos los defensores de la paz, al Alcalde, y a una lista con nombres propios y una muy ambigua de supuestos colaboradores de la guerrillas. Toda una paradoja. Así están las cosas en el departamento de Sucre, en el Caribe colombiano.

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