El equipo de fútbol que comenzó entrenamiento con miras a la Copa América Brasil-2019 debutó enfrentándose a Japón. Cuando muchos esperaban una derrota inicial, consiguió una estrechísima victoria –victorias son victorias por estrechas que sean–. 

Los japoneses, invitados a la Copa, ya juegan fútbol de calidad. Tienen una característica sobresaliente en demasía como es la disciplina en todos los hechos de la vida, y de verás que eso es fecundo en los proyectos de la vida.

En la televisión pudimos observar que son dueños de una rapidez admirable que no decae porque el partido se ha ido a fondo.

En honor a la verdad, ese partido debió haber terminado empate a cero goles, pero un bendito error en la zona chica determinó la sanción del árbitro al imponer  la pena máxima cuando ya estaba algo avanzado el partido.

Se nos hace que este equipo Japonés le podría devolver la medicina a Colombia por otro uno a cero. De pronto el sorteo inherente al Mundial de fútbol podría poner a Colombia y a Japón otra vez frente a frente.

Colombia tiene un potencial que no es para esperar la conquista de un título, pero lo decimos con cierto temor por el caso de Francia, que no esperaba tamaña conquista, pero vaya que se le dio para el goce inefable de los franceses.

Del Mundial de fútbol se dice que es una lotería que se gana cuando menos se espera. Esperemos que en el del 2022, en Catar, haya un equipo suramericano disputando el título mundial.