La gente que cree y admira el béisbol de Grandes Ligas desde tiempos idos a esta parte es la que más consternada y desorientada se encuentra al ver que en los estadios se presenta un visible bajón de calidad. Es la masa de aficionados que exigen explicación del fenómeno.
La explicación de este espectáculo se tenía que dar en la alteración de los cuadros directivos de estos eventos de ser en los últimos 15 o 20 años de observación de los mismos.
Para muchos dejó de ser un recuerdo las causas operantes en el proceso descendente el reemplazo que por razones de edad en el certamen beisbolero.
Fue en el caso general de directivos que estuvieron manejando el béisbol de las Grandes Ligas entre 40 y 50 años Y ya se imponía un receso en ese manejo. Ahí estuvo el problema en su máxima erupción. En gran medida los viejos dirigentes que se mandaban al hogar apelaron a sus propios hijos para el proceso de cambio y ahí estuvo el problema.
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Empezaron los nuevos directivos por decidir que el tiempo de juego en las Ligas Mayores podía ser aumentado y al aumentarle el tiempo tácitamente se aumentaba el número de equipos y con esto de jugadores en el gran espectáculo.
Obvio, ese aumento determinó la disminución de la calidad colectiva del béisbol, situación ya de por sí admitida por los nuevos dueños del béisbol. Hay críticos de la situación actual que juzgan este béisbol de las Grandes Ligas similar al de la categoría Triple A, que no le hace mucha gracia a los directivos del béisbol mayor. Este es un fenómeno que el tiempo se encargará de estabilizar la calidad de juego.
Este tema no puede agotarse en una crónica deportiva, requiriéndose otras intervenciones periodísticas. Lo haremos en las próximas ediciones.
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