
“No soy racista”
Tenemos que volver a nuestra raíz y abrazar lo que hay por dentro. Tanto nos preocupa el color, que olvidamos el amor. Tanto pensamos en la forma, que despreciamos el fondo. Tanto hacemos por vernos “bien”, que terminamos siendo malos. Ya es hora de que hagamos más y hablemos menos. El racismo solo acabará cuando dejemos de decir «no soy racista» y, de verdad, no lo seamos.
Hace unos 70.000 años que la especie ‘Homo sapiens’ empezó a formar esas estructuras complejas que hoy llamamos culturas. Con el tiempo, fueron esas culturas humanas las que dieron paso a lo que desde hace siglos conocemos como historia. Y, según esa misma historia, es África la tierra donde todo lo que somos tuvo sus inicios. En otras palabras, África es la indiscutible cuna de la humanidad; ‘humanidad’ que por años y años no ha vacilado en tildar de «negro» en tono despectivo a todo aquel que, por su color de piel, es visto como algo inferior, algo que desdice de lo bueno y de lo bello, algo que nadie quisiera ser.
«Echa a ese negro», fueron las palabras que esta semana pronunció el cuarto árbitro de un partido entre el París Saint Germain y el Estambul Basaksehir, según dijo Pierre Webó, asistente técnico del equipo turco hacia el que iba dirigido el insulto del rumano Sebastián Coltescu. Usado de tal forma, el término «negro» desató la polémica y, con ella, abrió una vez más la discusión sobre qué tan malo, tan racista o tan bajo es referirse a alguien tomando su piel como el peor de los referentes.
El pitazo final del que empezó como un partido más de la última jornada de la fase de grupos de la UEFA, insólitamente, se ‘dio’ hacia los 20 minutos del encuentro deportivo. Los jugadores abandonaron el campo luego de unos 10 minutos de discusión. El partido fue suspendido. Y en el estadio Parque de los Príncipes de París no quedó otro ‘jugador’ más que el racismo queriendo, como tantas otras veces, disfrazarse de normalidad.
« ¡Cualquiera que me conozca sabe que no soy racista!», ha dicho Coltescu. Y yo digo que cuando hablamos de humanidad, nos referimos a una sola raza, la humana; y que el racismo no es solo un mal que aqueja a la negritud, porque de él son víctimas personas de muchas otras procedencias.
¿Cuántas veces has sentido o te han hecho sentir que no eres lo suficientemente ‘blanco’ como para ser “bueno”? ¿Cuántas veces has expresado que estás “horrible” porque el sol te tiene «negro(a)»? ¿Cuántas veces has usado filtros en las fotos para ‘aclarar’ tu piel? ¿Cuántas veces le has dicho «negro(a)» a alguien con la intención de ofenderle?... No pregunto más porque estoy limitada a cierto número de caracteres; de lo contrario, en adelante solo escribiría interrogantes que, muy seguramente, nos harían sentir racistas a todos.
«No soy racista», dice Coltescu; «no soy racista», decimos todos… Sin embargo, tan pronto un bebé nace, una de las primeras cosas que la mayoría atina a preguntar es cuál es su color de piel; luego se le describe a partir de las “fortalezas” y “debilidades” de su apariencia… Y, tristemente, las expresiones que se escuchan con frecuencia son: «salió blanco» o «salió negro», como si se tratara de un muñeco sorpresa recién sacado de su caja.
Tenemos que volver a nuestra raíz y abrazar lo que hay por dentro. Tanto nos preocupa el color, que olvidamos el amor. Tanto pensamos en la forma, que despreciamos el fondo. Tanto hacemos por vernos “bien”, que terminamos siendo malos. Ya es hora de que hagamos más y hablemos menos. El racismo solo acabará cuando dejemos de decir «no soy racista» y, de verdad, no lo seamos.
@cataredacta
Más Columnas de Opinión

Innovación responsable: la Inteligencia Artificial implica compromisos
Audaces y responsables. Esas son las dos palabras que mejor definen la manera en que desde Google entendemos el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA), una tecnología que está cambiando al mundo, en una evolución profunda, tal como en su

Softie – Confusión y miedo en un adolescente
El segundo largometraje del director francés Samuel Theis, Softie (ganador de la Cámara de Oro por Party Girl en 2014), es un conmovedor drama sobre el paso a la edad adulta.
Johnny (Aliocha Reinert) es un inquieto niño de 10 a

Una historia asombrosa de adaptación cerebral
Quiero compartir contigo una experiencia fascinante que revela la asombrosa capacidad de nuestro cerebro para cambiar y adaptarse. La periodista de la BBC, Melissa Hogenboom, sometió su propio cerebro a un escaneo antes de embarcarse en un curso

El día del medio ambiente
Después de su record de 371 días, más de un año, en el espacio, el astronauta, Frank Rubio, volvió a la Tierra. Hasta ahora, es muy corto el tiempo, para hablar de sus enfermedades, relacionadas con el espacio, en donde estaba. Ayer, se vio,