El jazz cumple cien años dice la prensa. Me pregunto como llegarían a esas fechas cuando los expertos opinan que el origen del blues, su próximo antecedente, se hunde en la noche de los tiempos de la Luisiana francesa, que por motivos políticos (léase Napoleón), estaba incrustada en el sur de los Estados Unidos. La población negra y esclava en toda la región era numerosísima. Sabemos que habían llegado a América, por la Trata (1709) que los países europeos practicaron con entusiasmo hasta principios de 1800. Estos negros americanos nunca fueron iguales a otros negros, ni a los de Jamaica ni Guadalupe. Ellos fueron los creadores del jazz, un fenómeno tan excepcional en la historia de la música, que si queremos apreciarlo y entenderlo tendremos que ir a las raíces materiales y espirituales de sus ancestros. La naturaleza de la música, sale del corazón del hombre (inalcanzable para los negreros) es un canto natural y espontaneo que el hombre lleva en sí. El hombre negro cantaba o tocaba lo que le salía del alma.
Los negros americanos cantaron y tocaron blues, durante todo el siglo 19, improvisando música y letra. El blues tenía una forma armónica muy simple. El negro cantando blues, es algo distinto a otro cantor cualquiera, el negro americano siempre crea algo nuevo, se abandona a la inspiración del momento. Es una liberación, un canto de amor a la vida.
La historia dice que al principio tocaban sin acompañamiento. Poco a poco buscaron un banjo o una guitarra y luego cornetas y clarinetes. No tenían partituras, los músicos improvisaban siguiendo la armonía básica del blues. Repetían la voz humana en sus instrumentos. Se formaron grupos que traían contrabajo, trombón, banjo, y batería. O sea ritmo y batería. Así nació la música del jazz.
El negro americano crea la música de jazz en forma colectiva. Sus grupos tocan y cantan lo que tocan. Una característica del jazz que la creación es inseparable de la interpretación. Los músicos de jazz, no se contentaron con agregar ritmo al blues. Tomaron temas de los ‘Spirituals’ y del ‘ragtime’ (polkas y cuadrillas francesas) muy natural por la influencia francesa en New Orleans, cuna del jazz. *Conceptos basados en Hughes Panassie, gran historiador y amante del jazz.
Nota: A las jóvenes autoridades de la ciudad y el departamento no se dejen birlar la ciudad. El ataque de la 93 está pidiendo fuerza mayor. Adelante sin vacilación.
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