Estaba convencida que habíamos bautizado, con el ‘Cabellón’, a todos los hijos de la Cacica Consuelo y Hernando Molina, pero no fue así. Nos faltó el niño, Rafael, actual director del Festival Vallenato. Él olvida que el Festival nació en Aracataca en 1966. 

La historia es así, en la fecha recibimos un Telecom urgente de Gabito que tenía siete años de no oír música vallenata y anunciaba su llegada exclusivamente para eso. Álvaro Cepeda Samudio se activó inmediatamente y llamó a su amigo Rafael Escalona, quien respondió que tendría tres grupos listos en Aracataca. 

Se presentaron 350, doy fe, porque ese día recibí una llamada de Cepeda Samudio solicitando cinco camiones de cerveza Águila para la reunión. Claro que fue un éxito y los fundadores Escalona, Cepeda Samudio y García Márquez resolvieron celebrar cada año un evento semejante y cambiando de ciudad. 

Era obvio que el segundo Festival sería en Valledupar, hablaron con la Cacica Consuelo, quien atrapó la idea y aceptó inmediatamente. 

Debidamente registrado quedaron esos eventos y conversaciones en el Diario del Caribe del 19 de marzo de 1966 (págs. 1a y 2a). 

“El ganador de ese primer festival fue Colacho Mendoza, quien interpretó canciones de Rafael Escalona. El mello Pérez fue declarado orgullo de Aracataca, y Fernando Zabaleta, felicitado por su canción La garra. La ciudad de Valledupar fue escogida como sede para el Segundo Festival de la Canción Vallenata. El festival fue auspiciado por Cerveza Águila y organizado por los escritores Gabriel García Márquez y Álvaro Cepeda Samudio y Rafael Escalona. Los grupos interpretaron vallenatos durante diez horas consecutivas dentro de un alegre programa organizado por la Cervecería Águila”. 

Muchos años después (1992) recibí una emocionada carta de Consuelo, para que recibiera la condecoración ‘Compae Chipuco’ categoría oro, que la Fundación había decidido otorgar a Cepeda Samudio –como reconocimiento al respaldo y acompañamiento en pro de la defensa de la música vallenata–.

Visitamos la ciudad, durante estos primeros festivales, con gran gusto. Recuerdo esas noches en la gran mansión de los Molina y las serenatas de los grupos en el gran patio central hasta el amanecer. 

El fotógrafo Vásquez registró esas visitas en su famosa foto de los Patriarcas, Cepeda y García Márquez sentados al pie de un hermoso árbol de cañahuate. 

‘Fuego en el mar’. Estuve fuera de la ciudad y por eso no había hablado de una película de gran preocupación humanística y social. Se trata de Fuego en el mar, con presentación especial de Cine Colombia (que ojalá la presenten comercialmente). 

Dirigida por Gianfranco Rossi, muestra a Lampedusa, una isla mínima, situada entre África - Túnez y Sicilia-Italia, con un área de 50 metros y 5.000 habitantes, quienes llevan una vida plácida y pausadísima. 

Lampedusa es un punto de paso para los inmigrantes africanos que pretenden llegar a Europa en unos botes increíblemente livianos. Doscientas personas distribuidas en primera, segunda y tercera clase. 

La mayoría naufraga a mitad del mar y cuando los botes salvavidas se acercan recogen muchos muertos por las condiciones infrahumanas del viaje… Los habitantes de la isla no parecen darse cuenta de la catástrofe humanitaria que sucede en sus puras puertas. 

Pero Rossi sí la ve, y nos estremece con imágenes aterradoras. Los lampedusos siguen ciegos. Pero nosotros los espectadores tenemos que verlo, divulgarlo y ayudar a este pueblo africano y a otros pueblos, como los venezolanos, que diariamente se desplazan por nuestras fronteras, y apoyarlos en su martirio.

El anuncio de Eurocine, que serán películas de François Ozon, es calidad de las películas que veremos. Una gran noticia para los cineastas barranquilleros de la Cinemateca.