Las muchachas que crecimos con Marvel Luz Moreno en la Barranquilla de los años 50 y las muchachas nuevas de la ciudad, añoramos a la escritora y a su novela prohibida El tiempo de las amazonas. Esta segunda novela va camino de convertirse en objeto de culto submarino. Las personas que han tenido el privilegio de leerla han comentado y escrito lo suficiente. Como en Plumas y Pinceles  2 (2008), para provocar esta ansiedad en los lectores. Plumas y pinceles (Bergamo University Press) es una vasta obra de análisis de la literatura y pintura de la Costa Atlántica colombiana editada por Jacques Gilard y Fabio Rodriguez. Este par de académicos fueron los lectores y editores de toda la obra de Marvel Moreno durante los veinte y tantos años que vivió y trabajó en París. Dice Gilard: “El tiempo de las Amazonas es la novela de la vida en París, la vida de los latinoamericanos mirados como seres exóticos, en la dura selva de la ciudad. Tiene tres capítulos principales y tres personajes Gaby, Isabel y Virginia. Cada evento es contado por un actor, que cede la palabra a otro y así sucesivamente hasta crear una cadena de voces que se mueve con brusquedad y registran en tiempo real y sin artificios eventos que forman un gran fresco. Fresco abigarrado, un maremágnum psicológico, emocional, sexual, erótico y humano. Se trata del París contemporáneo, muchos personajes son vitales y reales y no deberían ser tema de protestas o resentimientos”. La obra de Marvel Moreno es tan grande que las cuestiones personales no deberían  interferir en su publicación. Mucha sorpresa se llevaron Gilard y Rodríguez cuando con autorización de la escritora, entregaron  el texto ya listo en 1997 a la Editorial Norma y fue frenado en seco por Carla Mendoza, manipulada por su padre. Según ellos El Tiempo de las Amazonas no tiene calidad estética y perjudicaría la obra de Moreno. Había vuelto a Francia desde los años 90 y reanudado mi amistad con  Marvel Luz, compañera de la infancia en el Colegio Lourdes. Estaba casada en segundas nupcias con Jacques Fourrier, diplomático de carrera, gran persona, quien le proporcionó la tranquilidad que necesitaba para seguir escribiendo hasta su muerte. Asistimos a esa boda en 1982, cuando regresábamos de Estocolmo y del Nobel de Gabriel García Márquez.

En alguna de mis visitas en 1991 o 92, Marvel me entregó los textos de su segundo libro de cuentos El encuentro y otros relatos. Contamos con tan buena suerte que se publicó en Colombia en el mismo año.

En 1993- 4 estaba en París, con La langosta azul, de regreso del Festival de Cine de Toulouse, Marvel hablaba de un texto nuevo que había estado trabajando desde mucho tiempo y que creía que estaba listo para publicar. En ese momento no conocía el titulo y Marvel pensaba y con razón que el éxito que habíamos tenido con El Encuentro, podría repetirse. Esta fue la última vez que la vi. 

No pude llegar a la Rue de Couronne porque estalló una huelga de transporte. Jacques Fourrier no se atrevió a sacar su carro inglés y yo no encontré al escritor Julio Olaciregui para que me guiara a través del barrio árabe hasta la casa de Marvel. Me sentí frustrada, ya sabia el titulo. El Tiempo de las Amazonas. Le dije a Marvel que no se preocupara, que volvería un mes mas tarde para el Festival de Cine de Biarritz. Debió ser en 1995, porque cuando volví ya había muerto. 

En 1997 las universidades de Toulouse y Bergamo organizaron un Simposio Internacional en honor de Marvel Moreno. Fue un éxito, acudieron académicos de toda Europa, Francia, Italia, España, Alemania y Latinoamérica. Ejecutivos de la Editorial Norma se hicieron presentes a recibir el texto de El Tiempo de las Amazonas. Jacques Gilard tenía en ese momento autorización de la escritora y de Jacques Fourrier.

El libro está físicamente listo para las librerías y detenido en seco por la familia. Es lamentable que una obra del valor y calidad de la obra de Marvel Moreno, siga sin ver la luz por la acción arbitraria de terceras personas. Es un capítulo negro de la historia de la literatura en general y de la colombiana en particular.