Respetado señor Ministro Mauricio Cárdenas:
La ciudad de Barranquilla ha estado esperando, desde hace algún tiempo, una decisión de su cartera sobre la APP del río.
Ha habido muchas reuniones con usted y sus delegados, algunas –debo decir– más amables que otras. Y Cormagdalena ha enviado valoraciones, minutas de contrato, apéndices técnicos, matrices de riesgo y cuanto documentado han demandado en su despacho.
Sin embargo, el tiempo corre y el tema sigue dilatándose.
Para proceder a una intervención definitiva, es preciso que convoque al Conpes y al Confis. Del seno de estos organismos deben salir las aprobaciones financieras que faltan.
En la ciudad no entendemos las demoras.
Usted sabe que se trata de un proyecto sensible. La vocación portuaria no solo ha sido responsable de la génesis sino del progreso de la ciudad.
Con 11 terminales activas, Barranquilla moviliza alrededor de 10 millones de toneladas que son vitales para el sector productivo del Atlántico (el 60% de las exportaciones se originan en este territorio) y contribuyen decididamente al desarrollo del país.
El impacto en la economía, de hecho, equivale al 3% del PIB departamental.
Déjeme darle este otro dato, para relacionar el impacto social del desarrollo económico, que a usted le gusta mucho: según estudio de Fundesarrollo, la zona portuaria generó en el 2016 un total de 17. 517 empleos directos, indirectos e inducidos (el 2% del total del departamento).
No hay duda, entonces, de la necesidad que tenemos, todos, de la estabilización del canal navegable en los 39 kilómetros, aguas arriba, que incluyen el área de aproximación marítima. Ello implica realizar trabajos de dragado y profundización de manera permanente.
Así tendría mayor sentido la inversión de más de $650.000 millones que hace el Gobierno nacional en la construcción del nuevo Puente Pumarejo.
Estamos hablando, ahora, de una aspiración de orden superior: generar las conexiones del transporte intermodal, que le darían un vuelco a la movilización de mercancía desde el exterior y el Caribe colombiano hacia el centro del país.
Tenemos, como si fuera poco, más de un amparo legal. Ahí está, por ejemplo, la ley 1 de 1991 que le establece a la Nación la obligación expresa de construir, conservar y mantener el canal navegable.
¿Qué hace falta, entonces, señor Ministro?
En la ciudad se ha corrido el rumor de que usted se niega personalmente a sacar adelante la APP por razones políticas. Según estas versiones, usted creería que si lo hace estaría entregándole mejores elementos a una candidatura presidencial que tiene ascendencia en la Región Caribe y a la que usted no quiere mucho. No creo semejante canallada porque reconozco su talante profesional y de servicios, pero confieso que por momentos me acecha aquel refrán que dice: cuando el río suena…
@AlbertoMtinezM
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