La tecnología, así como la transición energética requiere de minerales críticos que son el corazón de su funcionamiento y construcción. Entre estos están las conocidas tierras raras, son 17 elementos, entre esos el neodimio y el disprosio, utilizados para fabricar super imanes necesarios para la construcción de turbinas eólicas y motores para los vehículos eléctricos que tanto anhelamos. Aunque su uso no es solo para estas tecnologías, también los tenemos en celulares, pantallas LCD, laser, auriculares, cohetes espaciales, satélites, incluso en medicina para curar el cáncer.

Con el aumento de la demanda de estas nuevas energías y las políticas de transición energética, se requerirán de más turbinas eólicas, paneles solares y vehículos eléctricos, lo que prevé un aumento de la producción para 2050 de hasta 700% de la producción actual, la cual está concentrada en China (país con las principales reservas).Así mismo, son los mayores refinadores de estos productos incluso importándolos de otros países productores, convirtiendo al mundo en dependientes de china en temas tecnológicos y energéticos (a propósito China a pesar de ser el mayor emisor de CO2 a la atmosfera, el mayor productor y consumidor de carbón del mundo, así mismo es el mayor generador de energías ¨renovables¨).

Lo complicado del tema es que para la extracción de estos elementos se necesita hacer una minería agresiva por la creciente demanda. Este proceso minero además requiere de compuestos químicos como ácido sulfúrico, nítrico y clorhídrico, para separar los componentes de tierras raras, que dejan como resultado piscinas de lixiviados que contienen cantidades importantes de metales pesados y disolución de elementos radiactivos que terminan siendo un problema ambiental complejo. Por otra parte, para hacernos una idea de la cantidad de neodimio y disprosio necesario en energías alternativas, para una sola turbina eólica de 5 MW se necesita aproximadamente unos 800 kg de neodimio y 200 kg de disprosio solo para los imanes, que además genera en su producción cerca de 9000 metros cúbicos de desechos.

Tengo que ser sincero, esta columna no es para ahora odiar las turbinas eólicas, los carros eléctricos o la tecnología, pues, la necesitamos incluso para tratamientos médicos. La intención de esta columna es que podamos entender que a menos que se pueda cultivar, todo lo demás que usamos en nuestro día a día proviene de una actividad minera o de extracción de hidrocarburos y que, aunque impactan al medio ambiente, la necesitamos para nuestra propia supervivencia. Debemos encontrar tecnología que nos permitan impactar lo menos posible pues siempre existirá el impacto negativo en todas nuestras actividades.