¿Qué pasa con los papiros?
Nadie se explica por qué se quiso perjudicar y castigar a la región con este peaje que técnicamente no tiene ninguna justificación cuando a menos de quince kilómetros vía Cartagena – Barranquilla se encuentra el peaje principal. Se castigó a un municipio tan importante históricamente, geográficamente, culturalmente como Puerto Colombia, génesis de la migración del siglo veinte de las colonias extranjeras que engrandecieron al país, obligándolo a un sobrecosto vehicular.
Ojalá que cuando salga publicada esta columna el tema del peaje “Los Papiros” de la vía a Cartagena, que nunca debió instalarse, haya entrado en una solución definitiva porque desde todo punto de vista el caso es un gran absurdo que en la temporada actual reviste caracteres de asombro, de incredulidad, de injusticia, de ineptitud. Por ello hoy ésta columna hace un emplazamiento respetuoso pero contundente al gobierno nacional, al Ministerio de Transporte, a la ANI, al concesionario respectivo, para que le den a la Costa Caribe especialmente a Barranquilla, a Puerto Colombia, una respuesta convincente y lógica que permita pensar en una solución definitiva a este problema creado y sostenido por los gobiernos nacionales.
Nadie se explica por qué se quiso perjudicar y castigar a la región con este peaje que técnicamente no tiene ninguna justificación cuando a menos de quince kilómetros vía Cartagena – Barranquilla se encuentra el peaje principal. Se castigó a un municipio tan importante históricamente, geográficamente, culturalmente como Puerto Colombia, génesis de la migración del siglo veinte de las colonias extranjeras que engrandecieron al país, obligándolo a un sobrecosto vehicular. A los usuarios de los corregimientos vecinos a lo mismo. A lo sufridos padres de familia que llevando y trayendo a sus hijos de los colegios del sector, no solamente afectan su bolsillo sino obligan a rondas de tráfico difíciles en ciertas horas prácticamente de terror en materia de tiempo, distancia y problemas.
Con el invierno como se conoce colapsó la antigua vía de conexión a la altura del Lago de Caujaral como se sabe. La pregunta es cómo es posible que los encargados de la responsabilidad de este percance de índole nacional no hayan movido un dedo para solucionar el problema? ¿Por qué esa indiferencia, ese despótico tratamiento, esa ineficiencia que más parece actitud de un propósito mezquino de mirar para otro lado y perjudicar a la región? Todo el país presencia la rapidez, la diligencia, la efectividad de la pronta reparación de vías en el interior del país cuando las desmorona el invierno. Es más que justo, necesario y comprensible con otros departamentos. Nos alegramos con esa efectividad; ¿por qué con nosotros no se procede igual? ¿En dónde radica la mezquindad de dejarnos siempre en la posición de pedir limosna?.
Estamos aburridos, hastiados de esa indiferencia con la Costa. Menos mal que esta vez el bloque costeño de parlamentarios asumió una erguida postura de reclamo y defensa de nuestros intereses y más concretamente de este caso. Los felicitamos. Los necesitamos. Son una posición de enorme influencia ante el gobierno nacional, una voz que se deja sentir y causa efecto. Pero es desde el propio gobierno ejecutivo donde tiene que accionarse la máquina que mueva la tramitología y la verdad que no la vemos por ninguna parte, repitiendo que ojalá a estas alturas el tema se haya movido. Buscamos justicia y garantías del gobierno nacional. Somos igual al resto de Colombia. Cojan ejemplo de nuestros gobiernos departamental y distrital que están presentes siempre a todos los reclamos de su ciudadanía. Aprendan o rectifiquen, muévanse, sean justos.
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