¿Por qué hay tan pocas compositoras de música vallenata? A mediados del siglo XX Estercita Forero compuso un paseo llamado La caminadora, que grabó en NYC. Carmencita Pernett también llevó al acetato en ese entoncescantos vallenatos. A finales de los sesenta surgieron Las universitarias: Carmen Elena Parodi, Miriam Serrano Ceballos, Carmen Mejía Barros, Lourdes Cuello Montero, Lucy Serrano de Andreis y Rita Fernández Padilla. El único disco que grabaron fue un éxito nacional y las llevó a EEUU y a Venezuela.

De ascendencia sanjuanera, Rita nació en Santa Marta. A los cuatro años su mamá la puso en clases de piano, un instrumento en el que ella interpretaba música clásica. Rita le siguió los pasos hasta la adolescencia, cuando comenzó a sintonizar La voz de Santa Marta y radio Magdalena para escuchar el acordeón de Abel Antonio, Alfredo Gutiérrez, Luis Enrique y Alejo.

A La presentación, el colegio donde estudiaba, llegaron como internas un grupo de vallenatas y villanueveras que cantaban a Escalona: Astrid, Marta y María Elisa Baute, Betty Pumarejo, Ildegar Ovalle. Poco a poco esta música se le fue convirtiendo en sentimiento. En unas vacaciones viajó a la casa de una de ellas en Valledupar y conoció a Gustavo Gutiérrez, con quien está emparentada por la rama de los Cabello.

Desde la primera vez que lo oyó quedó prendada del acordeón piano. “Me dije que yo también podía interpretarlo y desarrollar el potencial musical que traía conmigo”. Su papá la regañaba cuando la veía oyendo o cantando vallenatos, pero él también era inquieto musicalmente -tocaba tiple y guitarra- y le gustaba visitar el puerto en busca de instrumentos nuevos que traían los barcos.

En una visita de los gitanos a Santa Marta le compraron el acordeón a Abel Antonio y a la vuelta se lo vendieron al papá de Rita. “Tenía dos líneas de botones, pero no me gustó. El acordeón piano es cromático, es decir, la sucesión de los sonidos, la composición de las escalas, es más rica, más armoniosa. Al diatónico, en cambio,lo sentí limitado tanto en la mano derecha como en la izquierda”.

Las universitarias se presentaron en el primer Festival Vallenato “No para competir, sino para engalanar la fiesta”. Estrenaron el hotel Sicarare en la época de la moda gogo “Llegamos con pantaloncitos calientes y la gente se amontonaba a gritarnos su cariño desde la acera del hotel. Cuando salíamos, eran ríos de gente detrás de nosotras. Firmábamos autógrafos”.

Rita comenzó también a componer. De su autoría son cantos como Amor y pena, Reflejo de amor, Romance vallenato y, la más conocida, Sombra perdida. También incursionó en la salsa y esautora del himno de Valledupar, ciudad a la que se mudó a los 24 años.

Esta mujer menuda y risueña que canta, compone y toca el acordeón, como los viejos juglares, acaba de ser elegida presidenta de SAYCO. Es la primera vez que una mujer ocupa este cargo y hay orgullo entre los seguidores de la música de Francisco el hombre. Yo también celebro sus éxitos y le deseo la mejor de las suertes.

@sanchezbaute