El Heraldo
Opinión

Del oficio y sus peligros

Igual toca seguir. No queda de otra.

Pasó ayer uno de los dos días del periodista que se “celebran” en Colombia. Al lado de los saludos y buenos deseos se conocieron estudios realizados por la FLIP que señalan como en el país las intimidaciones y ataques al periodismo sumaron 449 registros el año pasado, incluyendo dentro de esa cifra asesinatos, desplazamientos forzados y exilios. A los anteriores datos debemos sumar los de colegas afectados por la covid-19 y la crisis económica mundial que ha generado el cierre de numerosos medios y la pérdida de muchos puestos de trabajo. El panorama no es bueno, pero nunca nadie se metió al periodismo creyendo que esto iba a ser fácil. Toca insistir con las mismas ganas del primer día todos los días. No nos queda de otra.

Son muchos los riesgos de este oficio, máxime cuando las facilidades actuales del acceso a la tecnología han generado la errada creencia de que cualquier persona con un celular y un plan de datos puede ser o ejercer el periodismo. Las herramientas ayudan, pero no reemplazan la necesaria formación humanista, la ética, el respeto por las fuentes, la verificación de datos, la obligación de separar información de opinión; y el anteponer los intereses del colectivo social a los propios. Nada de esto viene incorporado en la SIM Card ni lo venden en la farmacia de la esquina, y también es cierto que los años de un pregrado no te aseguran entenderlo del todo, aunque sin duda ayudan bastante.

De todos los peligros creo importante centrarnos en dos. El primero es el propio ego. Como se ha dicho anteriormente, el peor enemigo del periodismo es el espejo en donde pretendemos ver reflejados brillos que no nos pertenecen. Cuando el periodista cree que su lucimiento personal está por encima de la obligación de contar la historia que debe contar a la audiencia que la espera, pierde su condición. Cuando un periodista traspasa la muchas veces citada “cordial distancia” que lo debe separar de la fuente, se vuelve un relacionista público; profesión muy respetada pero que no corresponde en este caso. Pocas cosas peores que un periodista atragantado con su propio ego. Bien sabemos que los hay, y bastantes.

El otro gran peligro es el de la dependencia económica a los vaivenes de los números con que los conglomerados que han adquirido buena parte de los grandes medios en el mundo miden su eficacia. Esos dueños, acostumbrados a sentarse a manteles con los poderosos, ven a la empresa periodística como lo primero antes que como lo segundo; y muchas veces quieren que lo segundo esté al servicio de lo primero. Cuando eso pasa, como en el párrafo anterior, se pierde la condición. Lamentablemente muchas redacciones se ven cooptadas por los intereses de quienes firman los cheques; y eso sin mencionar la diaria lucha de quienes son a la vez periodistas y vendedores de cupos en emisoras u otros medios. Por ambos lados el cuchillo hiere, y el mango para agarrarlo es bien corto.

Igual toca seguir. No queda de otra.

asf1904@yahoo.com

@alfredosabbagh

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp

Más Columnas de Opinión

El Heraldo
Álvaro López Peralta

¡A marchar este 21 de abril!

Algunos colombianos manifiestan que las marchas “no sirven para nada” y por esa razón prefieren quedarse en la comodidad de su hogar, a pesar de las evidentes amenazas en el escenario político; otros creemos que son una herramienta participa

Leer
El Heraldo
Roberto Zabarain

Actuar como jauría

Los paisas protestan en gavilla, cual jauría. Les temen, y obligaron a Petro y a sus ministros del sector a echar tremenda reversa y a comprometerse con las inversiones que habían negado para culminar un túnel, obra por la cual armaron tremendo

Leer
El Heraldo
Fabrina Acosta Contreras

El malestar

Estamos viviendo tiempos de postverdad, caos, violencias, basta con ver las noticias y con analizar nuestras vidas, para concluir que padecemos la pobreza de no tener tiempo, de estar corriendo tras un mandato planetario de productividad, de estr

Leer
El Heraldo
Haroldo Martinez

El vicio de la lectura

Yo nací en un castillo encantado con un rey, una reina, una princesa y una biblioteca. Desde mi primera infancia, toda mi vida está relacionado con los libros, tengo impregnado en mis fosas nasales el olor de las letras impresas en el papel y lo

Leer
Ver más Columnas de Opinión
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.