El Heraldo
Opinión

¡Viva el caudillo!

¿Cuál es exactamente la ideología política de Cambio Radical? ¿La del Centro Democrático? ¿Las diferencias profundas entre conservadores y liberales? ¿Qué enfoque concreto tiene el partido de la U sobre la disputa entre socialdemocracia y ordoliberalismo? En este país es posible sin mayor problema que casi todos los partidos importantes apoyen a un mismo candidato a una alcaldía, o a una gobernación, y quién sabe si en tres años a la presidencia (es impresionante el pavor que genera Petro), porque realmente casi ninguno de ellos tiene una ideología, o siquiera un programa político, que la mayoría de sus votantes pueda explicar no ya en su totalidad, sino apenas parcialmente.

No es esto un fenómeno estrictamente colombiano. Ni mucho menos. La indefinición ideológica, lo de no saber si realmente estás votando a la derecha o a la izquierda, lo de que supuestos liberales defiendan el gasto público y suban los impuestos y supuestos izquierdistas revolucionarios acepten la globalización y el malvado capitalismo, no es algo que sólo pase aquí. La sensación de desorden ideológico, de que todos son más o menos iguales y que hasta se visten del mismo modo es algo que ocurre a ambos lados del Atlántico. Sin embargo, la anemia ideológica de gran parte de los partidos es un fenómeno que en América Latina tiene sus razones concretas que básicamente se resumen en que aquí los partidos no son ejes alrededor de los cuales se agrupa la gente que piensa de un mismo modo, sino que acostumbran a ser meras organizaciones instrumentales que sirven para que esa gente se agrupe alrededor de un caudillo que se constituye en verdadera motivación y razón de ser del partido.

O sea, que aquí no hay partidos. Hay caudillos que, por pura necesidad de tener alguien que en su nombre ocupe gobernaciones, alcaldías y curules varios, forman partidos cuya única finalidad no es otra que la de organizar a sus seguidores. Todos sabemos en Colombia que si Uribe o Vargas Lleras, por citar dos ejemplos, mañana disolvieran sus partidos y fundaran otros nuevos, la inmensa mayoría de sus seguidores se irían con ellos a donde fuera que ellos y sólo ellos mandaran. Claro, después nos preguntamos qué falla en la arquitectura institucional colombiana. Y la respuesta es que falla todo. Falla el núcleo mismo. La esencia del sistema.

¿Cómo va a haber descentralización, por citar algo tan querido en la Costa, si en última instancia el que va a seguir mandando va a ser el caudillo? ¿Qué más da tener gobernador, alcalde o lo que sea si, al final, el que mandará será el líder supremo cuya palabra será ley y su voluntad se cumplirá mediante sus mil tentáculos distribuidos por todo el país? Como bien indica Gargarella, para saber cómo funciona un país hay que ir a la sala de máquinas de la Constitución. Y en la sala colombiana, como en casi todas las latinoamericanas, sólo hay un fogonero: el jefe, el líder, el caudillo.

@alfnardiz

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp

Más Columnas de Opinión

El Heraldo
Hugo Illera Jiménez

Junior y la sanción a Jorge Duarte

En los más de cuarenta años que he estado en la industria de los medios de comunicación, el fútbol siempre ha sido la misma historia. Los temas del Junior de Barranquilla, por partidos accidentados y fallos arbitrales, siempre se maximizan y s

Leer
El Heraldo
Álvaro López Peralta

¡A marchar este 21 de abril!

Algunos colombianos manifiestan que las marchas “no sirven para nada” y por esa razón prefieren quedarse en la comodidad de su hogar, a pesar de las evidentes amenazas en el escenario político; otros creemos que son una herramienta participa

Leer
El Heraldo
Roberto Zabarain

Actuar como jauría

Los paisas protestan en gavilla, cual jauría. Les temen, y obligaron a Petro y a sus ministros del sector a echar tremenda reversa y a comprometerse con las inversiones que habían negado para culminar un túnel, obra por la cual armaron tremendo

Leer
El Heraldo
Fabrina Acosta Contreras

El malestar

Estamos viviendo tiempos de postverdad, caos, violencias, basta con ver las noticias y con analizar nuestras vidas, para concluir que padecemos la pobreza de no tener tiempo, de estar corriendo tras un mandato planetario de productividad, de estr

Leer
Ver más Columnas de Opinión
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.