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Opinión

No es país para viejos

Estoy en España. Me encuentro en la Universidad Complutense de Madrid (más o menos el equivalente a la Nacional de Bogotá) para hacer una estancia de investigación de seis meses en la que me dedicaré a estudiar la democracia participativa comparada España-Colombia. El caso es que, de vuelta a mi país de origen, una de las cosas que más me ha llamado la atención es el enorme número de viejos que hay en las calles a todas horas. Por supuesto, es algo que ya sabía. Lo había visto desde niño. Pero es la típica cosa en la que no te fijas hasta que te vas, vives en otro lugar y al volver la ves como si nunca la hubieses visto. Volviendo de Colombia, donde no es muy habitual ver viejos por las calles, menos solos, de noche, especialmente abuelas que van y vienen con sus amigas, a uno le choca encontrarse en España con grupitos de viejos en todas partes: en las cafeterías, en los parques, en las tiendas, paseando, por aquí, por allá, hasta en la playa con el pelo pintado de rojo las viejitas haciendo deporte a las diez de la mañana.

En las calles de Barranquilla, en las de la mayoría de las ciudades colombianas, no hay semejante hemorragia de abuelos. No digo que no haya abuelos en las calles. Alguno habrá. Pero no muchos. Desde luego, no tantos. Especialmente, no hay abuelitas que apenas pueden caminar y que, sin embargo, salen al mundo exterior a hacer Dios sabe qué. Es un fenómeno típicamente español. ¿Por qué sucede en España y qué enseñanzas nos deja? La explicación es evidente: en España los viejos abundan en las calles porque en España los viejos abundan en general. Es decir, España es un país viejo. Seguro que alguno de ustedes conoce a algún compatriota que cuida de un viejo en la madre patria. La esperanza de vida supera de largo los 80 años y los nacimientos son escasos. Resultado: en las calles se ven hordas de jubilados, pero apenas unas pocas madres (no muy jóvenes) con niños. Eso es bueno y malo. Bueno, porque es reconfortante vivir en un país en el que hay muchas posibilidades de que llegues a viejo. Malo, porque no hay país que perdure si su población envejece y no es sustituida por jóvenes. Los motivos de la larga vida de los españoles son fundamentalmente tres: unas muy buenas salud pública y seguridad ciudadana, más un sistema de pensiones que, no es que sea perfecto, pero que en líneas generales es generoso. Sumado al carácter mediterráneo que echa a la gente a la calle.

En Colombia falta casi todo lo anterior. Y eso debería hacernos pensar. Colombia es un país joven. Lleno de energía e ímpetu. Justo lo que le falta a España. Colombia es un país de gente deseosa de comerse el mundo y ponerle el pecho a la vida. Pero es un país inseguro, con mala salud y donde pensionarse no siempre es tan sencillo como debería. Ergo, la gente se muere antes y la que vive no sale a la calle ni con tanto relajo, ni con tantos fondos. Malo es volverse un país de abuelos. Pero peor es no poder llegar a serlo.

@alfnardiz

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