El próximo jueves se celebrará en el auditorio Benjamín Herrera de la Universidad Libre de Barranquilla un conversatorio sobre el populismo. Aprovechando este acto, me gustaría plantearme con ustedes qué es ser populista. Como se escucha tanto esta palabra en los medios de comunicación, quizá les resulte de interés tener algún criterio para valorar si ustedes mismos o sus líderes políticos favoritos son o no populistas.
El populismo suele girar alrededor de unos pocos rasgos comunes: el líder, el buen pueblo y el enemigo. Para los populistas el pueblo es un grupo uniforme (homogéneo, con la misma voluntad, los mismos intereses y deseos), bueno por naturaleza y permanentemente amenazado por algún enemigo interno o externo que conspira para destruirlo. Para proteger al pueblo solo cabe elegir a un líder que, dotado de plenas facultades e imponiéndose a cualquier otro poder del Estado que pueda limitar sus acciones, lo salve del enemigo. Dependerá del país que el líder asuma una estética de izquierda revolucionaria o de derecha conservadora, así como que el enemigo sean las élites y el capitalismo internacional, o los musulmanes, los inmigrantes y los terroristas, pero siempre habrá un líder fuerte, carismático, casi mesiánico y un enemigo de una maldad incorregible con el que será imposible negociar. Las características son más y la definición puede volverse mucho más compleja.
Algunos pensamos que el populismo, en el fondo, no es más que una reacción tribal frente a la globalización y las transformaciones económicas, sociales y culturales que esta supone. En función de esto, no sería lo mismo el verdadero populismo, que es el que surge en las democracias desarrolladas (EEUU y Europa) en las que se genera un movimiento de oposición a la globalización de las clases medias empobrecidas y atemorizadas, que un, así llamado, populismo iberoamericano que posiblemente no sería otra cosa que una nueva formulación del eterno caudillismo paternalista propio de estos países.
Así pues, ¿considera usted que el pueblo, la gente, Colombia, es un todo uniforme y bueno por naturaleza? ¿Cree que existe un enemigo (o varios) que nos amenaza desde dentro o desde fuera del país y con el que no cabe negociación alguna? ¿Le gustan los líderes fuertes, carismáticos y capaces de echarse un país a la espalda? ¿Le ponen nervioso el multiculturalismo, la diversidad, el libre comercio internacional, los inmigrantes y la globalización? Pues, atención, porque tal vez es usted un populista y no lo sabe. O tal vez lo es el líder al que admira.
Desde mi punto de vista, el populismo es una ideología reactiva y opuesta a la democracia liberal. Ni son compatibles, ni pretenden serlo. Son enemigas y la primera ha venido para intentar acabar con la segunda. Así que usted sabrá de parte de quién se pone. Yo lo tengo claro. Puedo explicarlo en detalle.
@alfnardiz
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