El Heraldo
Opinión

El equipo que se inventó la resiliencia

Al otro lado del océano, en una Europa bajo cero, te convertiste en el sol.

No importaba si nos hacías sufrir, como de costumbre. O si tu contrincante, ególatra como siempre, decía que en su estadio voltearía cualquier resultado. O si los comentaristas deportivos que podíamos sintonizar, cosa rara, estuvieran en tu contra. O si el fútbol, bendito fútbol, amenazara con sacar una ocurrencia de su caja de sorpresas.

Aquí estábamos nosotros –hinchas a veces, seguidores todo el tiempo– observando cada minuto de tu viaje a la otra galaxia.

Fuiste, entonces, nuestro abrigo al grito de gol, así antes nos hubiesen desnudado los ímpetus del contrincante. 

Al diablo la nieve que congelaba los pies. Que se fueran por donde vinieron las brisas que se clavaban como alfileres a pesar de los cargamentos de ropa.

Fuiste la luz de en una noche oscura que, ya sabemos, solo en estos lados, y sin nosotros, se prolongará por varios meses. El resplandor de tu estrella será suficiente para acompañarnos en esta estancia, que ahora tendrá los rojos y blancos de las líneas del alma.

Así te seguimos desde aquí, atentos a la alegría y al sufrimiento que hacen parte de la misma juerga. 

Porque tú nos hiciste descubrir, desde hace mucho tiempo, eso que la Asociación Psicoanalítica de Estados Unidos llama resiliencia. Se trata de la manera de adaptarse a la adversidad, que bien puede ser un trauma, una tragedia, una amenaza o un penalti.

La fórmula de esos científicos es: mantener el buen humor a pesar de las crisis.

Pero, ¿cómo seguir adelante si regalamos la Sudamericana con tantas imprecisiones en el marco? ¿Cómo, si erramos todo desde los 11 metros? ¿Cómo, si nos decían que no teníamos gol? ¿Cómo, si para los memes que nos acosaban solo podíamos levantar las copas del burro?

La resiliencia de los hombres del diván significa sobrellevar las cosas malas, procesarlas y seguir adelante. Como quien dice, más hacer más llevadero el proceso de duelo.

Para los hombres de la cancha no había tiempo para la pena.

Había que conseguir el campeonato en Medellín, con la derrota en Brasil carcomiendo los ánimos y en contra de una afición que parecía una turba de 50 mil personas con cada avance a la portería de Viera.

Había que hacer abstracción de todo. Inclusive del miedo que iba calando los huesos, como los hacían por estos lados los vientos del sureste cada vez que los goles del Medellín iban borrando los nuestros.

Los científicos dicen que en esas circunstancias hay que aceptar el cambio, para bien o para mal.

Lo que pasa es que ellos no han leído a quienes en verdad se inventaron esto.

No. Lo que había que hacer era ponerle al juego lo que el Pibe dice que deben sacar los verdaderos hombres en estas circunstancias, aunque costara, tanto en el Atanasio como en Alemania, sacarlos de su saco escrotal.

albertomartinezmonterrosa@gmail.com
@AlbertoMtinezM

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp

Más Columnas de Opinión

El Heraldo
Álvaro López Peralta

¡A marchar este 21 de abril!

Algunos colombianos manifiestan que las marchas “no sirven para nada” y por esa razón prefieren quedarse en la comodidad de su hogar, a pesar de las evidentes amenazas en el escenario político; otros creemos que son una herramienta participa

Leer
El Heraldo
Roberto Zabarain

Actuar como jauría

Los paisas protestan en gavilla, cual jauría. Les temen, y obligaron a Petro y a sus ministros del sector a echar tremenda reversa y a comprometerse con las inversiones que habían negado para culminar un túnel, obra por la cual armaron tremendo

Leer
El Heraldo
Fabrina Acosta Contreras

El malestar

Estamos viviendo tiempos de postverdad, caos, violencias, basta con ver las noticias y con analizar nuestras vidas, para concluir que padecemos la pobreza de no tener tiempo, de estar corriendo tras un mandato planetario de productividad, de estr

Leer
El Heraldo
Haroldo Martinez

El vicio de la lectura

Yo nací en un castillo encantado con un rey, una reina, una princesa y una biblioteca. Desde mi primera infancia, toda mi vida está relacionado con los libros, tengo impregnado en mis fosas nasales el olor de las letras impresas en el papel y lo

Leer
Ver más Columnas de Opinión
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.