Esta nueva era de la política colombiana estará marcada por la irrupción de los ‘influencers’ en las contiendas electorales: creadores de contenido que han logrado ganar visibilidad en redes sociales y construir comunidades digitales que hoy se traducen en poder electoral. En las elecciones de 2022, la gran sorpresa fue Jota Pe Hernández, un creador de contenido que obtuvo la tercera votación más alta al Senado, pese a no ser reconocido dentro de los círculos tradicionales de la política nacional. Esta semana, en la consulta del Pacto Histórico, ‘influencers’ candidatos como Wally (@MeDicenWally) y Lalis (@smilelalis), lograron algunas de las votaciones más altas para la conformación de las listas al Senado y la Cámara por Bogotá, respectivamente. Muchos analistas se cuestionan, con toda razón, si la cantidad de votos que obtuvieron estos influencers se deriva únicamente de su acogida digital o si detrás de ellos hay votos de estructura o de partido que expliquen su respaldo en las urnas.
Lo cierto es que con la aparición de las redes sociales y los ‘influencers’ la forma de hacer política ha cambiado sustancialmente. Las redes sociales son, desde hace varios años, uno de los escenarios de mayor tracción electoral. Lo que Hannah Arendt denominó el “espacio de aparición” -ese ámbito en el que los seres humanos se reúnen para abordar los asuntos públicos- se ha extendido al entorno digital, convirtiendo las redes en uno de los principales espacios de intercambio político. Ante esta realidad, tanto políticos de reconocida trayectoria como nuevas figuras han trasladado parte de sus estrategias a estos canales, aunque no siempre logran la misma conexión y alcance que los ‘influencers’ políticos. Una de las razones detrás de este fenómeno fue documentada en un estudio publicado este año en la revista PLOS One (“From hashtags to ballots: Conceptualizing political influencers and evaluating their impact on election outcomes”), que muestra cómo los ‘influencers’ diversifican su contenido, incluso con fines publicitarios, y lo complementan con mensajes políticos en épocas electorales. Esta estrategia les permite llegar a audiencias que, de otra forma, no consumirían contenido político.
Frente a este nuevo escenario, el gran dilema para la sociedad colombiana -como para las demás democracias contemporáneas- es distinguir entre los ‘likes’, la empatía digital que generan estos personajes, y la formación o experiencia necesarias para ocupar cargos públicos de representación popular que conllevan enormes responsabilidades y son determinantes para el futuro del país. Un dilema que también deben asumir con seriedad y transparencia los partidos políticos, llamados a encontrar el equilibrio entre las fórmulas del éxito electoral y la responsabilidad de promover líder políticos o congresistas que aporten experiencia, conocimiento, ética y profundidad para enfrentar los desafíos que atraviesa Colombia.
@tatidangond








