Finalmente, Santos comenzó a gobernar. Conformó la terna para escoger fiscal, que excluyó a Perdomo, cosa que según algunos es un puente tendido a Uribe, y según otros, es que ¡por fin! entendió que no puede seguir embarrándola, pues la continuidad del estilo Montealegre solo enreda más las cosas, amén de que, de paso, envía al liberalismo un mensaje de autonomía. Lo del ministro Yesid Reyes sigue pareciendo maroma burocrática, pero puede también ser expectativa para que los liberales no protesten por perder Minjusticia, igual que lo de Néstor Humberto para que Vargas Lleras no proteste por perder Transporte. Lo de la doctora Mónica Cifuentes luce jugada para venderse manejando la equidad de género. La cosa quedó, entonces, en manos de la Corte Suprema, que hoy no es la misma errática de ayer, porque su presidenta, nuestra Margarita Cabello, es prenda de sensatez y garantía para el país.

Santos también removió el gabinete. Ya había anunciado lo de Germán Arce en Minas, lo que, más que cuota para los godos, fue espaldarazo al minhacienda. Arce, su candidato y amigo, fue nombrado pese a que muchas vertientes del partido apoyaban a otros dos candidatos, costeños ellos. O sea, los complace, pero con el nombre que él escoja. Los seis nombrados son como equitativo reparto regional, aunque no político. Nadie entiende por qué le dio al Polo y al Verde. El Polo rechazó Mintrabajo, que si Clara López acepta, es a título personal. Igual el Partido Verde con el de Justicia. No quieren al Gobierno. A La U le entregaron Comercio y Transporte. O sea, coronada. Pero a Cambio Radical le cortaron una chequera, aunque en subsidio le hayan dado Ambiente y mantenido Vivienda.

Capítulo especial a lo de Elsa Noguera. Por supuesto que a Vargas Lleras no le hizo gracia perder el Ministerio de Transporte. Pero para Barranquilla y el Caribe, y específicamente para la propia Elsa, es mucho mejor el de Vivienda, pues incluye Ciudad y Territorio, o sea, todo. Lo máximo. Transporte tiene una chequera gorda, a Natalia le fue muy bien, muchas 4G, pero hasta ahí. Es que hacer una autopista, chévere, pero no ayudas a nadie específicamente sino que aportas a aquello de la competitividad, que el ciudadano del común ni sabe qué es. Pero si entregas viviendas, instalas acueducto, alcantarillado y obras de saneamiento básico, estás en directo ayudando a la gente, haciendo gestión social, y esa es la verdadera vocación de Elsa. Ya lo demostró con creces durante su alcaldía, cuando, claro, con el apoyo nacional, hizo realidad la entrega de más de 10.500 viviendas gratis, y más de 3.700 para ahorradores. Ello sin contar POT, parques, arroyos, y todas las arandelas de su gestión. Nos irá bien con ella, y es la oportunidad de reducir desigualdades en la Costa, entre otras por ejemplo, en La Guajira en materia de agua. Y también le irá bien al país. Así que Vargas Lleras debería estar muy contento con el cambio, pues aunque Henao lo hizo muy bien, Elsa lo hará mejor.

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