A los aficionados deportivos hay que escucharlos, pues la gran mayoría de sus quejas y esperanzas tienen un sorprendente requerimiento. A raíz de este sonado y desencantado combate entre el invicto (invicto para los pendejos y los que tragan más entero que un alcatraz en ayunas, que a veces se quiere comer hasta el bote del pescador al que “olfatea” a lo lejos, pues no tiene menos de 3 combates que los perdió y un trío de vagabundos como jueces le dieron la victoria en esa Cueva de Rolando que es Las Vegas) que desde antes de verificarse el combate contra Pacquiao, nos pedían que por qué el promotor Bob Arum no postulaba como adversario de Mayweather al mexicano Márquez, el hombre que le propinó a Pacquiao uno de los nocauts más anestesiantes que se han dado en el boxeo contemporáneo.

La prensa, como siempre o casi siempre, no le dio a esa acostada de Pacquiao la trascendencia publicitaria que merecía. Porque eso, noquear de la manera como Márquez noqueó al filipino, era para que la pelea de este con Mayweather hubiera sido cancelada ipso facto, para abrirle camino al mayor de los combates que se podían ofrecer al público amante del deporte de las narices como pisoteadas en cumbiamba. Ese nocaut puso a trabajar febrilmente a dos médicos, que fueron llamados al ring para que reanimaran al púgil de Filipinas, que parecía como muerto en la lona.

Pero también hay que agregar que hay boxeadores que cometen ciertas imbecilidades, como la ‘burrada’ de Márquez, de decir antes de su pelea con Pacquiao que esta sería su última refriega con guantes, pues ya estaba cansado de dar y recibir golpes. Desde luego, no esperaba ganar por KO y menos que menos de la forma como lo hizo: un recto de derecha al mentón que parecía el torpedo de un submarino alemán. Pero, hombre de Dios y púgil del diablo, rectifica de inmediato tu estupidez y declara que te echen al negro que solo pelea en Las Vegas (“por algo será”, decía Tocayo Ceballos) para cambiarle hasta el modo de caminar que tenga.

Hombre, convenzan a Márquez para que se mida a Mayweather, aunque de sobra sabemos que si vio por TV el KO que le propinó a Pacquiao, entonces si que el hombre de pelo quieto subirá al ring para enseñarle al campeón mundial de los 100 metros planos, como es que se corre ante un contendor que tiene ese maldito recto de derecha. Que se lo ira a poner a la madre que lo parió, pero lo que es a él no se lo pone ni por equivocación.

Bueno, ya dejando el chistecito flojo de último momento debería haber una presión periodística para que Juan Manuel Márquez se ponga otra vez los guantes y no pensar en esa estafa descarada de una revancha.