La credibilidad es garantía para un periodista, y me alegra el correo que recibí de una lectora de Calamar donde me dice que fue donde SOLANGEL y, gracias a su orientación, logró comunicarse con una hija que estaba buscando durante años. Sol se queda dos semanas más. Pueden hablar con ella llamando al celular: 311 2579968.

Poco seso tiene el futbolista Faustino Asprilla cuando en el paro cafetero, le dijo a los huleguistas que no le gusta el café y estaba en camaradería con la policía. Casi lo linchan.

El medico Gilmar Silguedo no cabe de la dicha. Su conjunto Siboney ha sido firmado por la SONY, y eso es mucho decir. Para festejarlo está organizando un concierto privado en un local del "Tigre" Lapeira.

Conmovedor y se le aplaude a Petro, la jubilación de los "caballitos" de los zorreros bogotanos. Ojala esa iniciativa sea tomada en cuenta en Barranquilla.

Todo se sabe. Muy valiente el nuevo campeón mundial de boxeo al pelear lesionado, pero a la vez fue un acto irresponsable, sobretodo si lo sabía su manager y apoderado.

Bueno el apunte que circula en la RED relacionado con el plato de moda: "Pollo al Vaticano", y ¿porqué?, "sin Papa"

Mañana gran cena en Sabina para 20 personas para agasajar al ingeniero Adolfo Álvarez por su cumpleaños; con vino de rioja y la tradicional paella.

El mar es la farmacia de los pobres, pero no hay que confiarse ni retarlo, de ahí la serie de ahogados referenciados en estos días.

No impresionarse por la calma marina; detrás puede venir la tormenta.

Viví muchos años cerca del mar, a escasos metros y conozco bien el tema. Cuando joven me tocó vivir la época en que los tiburones llegaban cerca a la playa. Eran tantos que se ubicaban unas mallas y luego los "tuburcios" los guindaban en el "reloj público".

Durante esa época ocurrieron unos incidentes serios. Había una dama cartagenera de alta alcurnia que se iba a casar con un oficial de la Armada Nacional; y en vísperas, a pesar de la prohibición, se fue a bañar con el novio frente a las playas del Hotel Caribe.

De improviso el militar apareció en la playa mutilado por la crueldad de un tiburón y cayó en los brazos de su novia que se llamaba Mercedes.

Mucho más dramático el caso de una empleada del servicio de una familia conocida de Bocagrande, que vivía cerca del mar. La domestica comenzó a lavarse los pies y un tiburón le cercenó el miembro derecho.

En esos tiempos ni pensar en el turismo de Cartagena; era una ciudad parroquial. Los principales hoteles eran: El Caribe, El Americano, El Flamingo, El Bahía. Los lugares de diversión eran la discoteca "Zorba", "El Amanecedero", "Pan Caliente" y el sitio de rumba, "El Páramo".

Hubo épocas en que aparecían en el mar unos tiburones pequeños y juguetones a quien llamaban "Bufros". Una especie de delfines que no hacían daño, pero no era para confiarse.

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Otras leyendas inexplicables es que los tiburones no atacan a las personas de color; y que las "aguas malas", que pican y se curan con la orina, solo molestan es a los cachacos. Eso está por verse.

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Notas Liliputienses: Falsos médicos…Cura nadie…Marzopan…Ponchito…Alarmante…Bocachino…Pisito.

Por: Edgar García Ochoa, "Flash"

@flashedgarg