Trabajar y estudiar al tiempo, una tendencia creciente

Estudiar y trabajar al tiempo se ha convertido en el día a día de muchas personas en el país, aspirantes a profesionales, especialistas o a cualquier otro título en el rango de formación y desarrollo profesional, sobre todo cuando no se cuenta con la disponibilidad económica para financiar los estudios y dedicarse solo a cursarlos.

Esta práctica, aunque se ha vuelto común últimamente, se debe manejar muy bien para cumplir satisfactoriamente con ambas responsabilidades, entendiéndose el empleo como una necesidad para sacar adelante los estudios y sobre todo para el financiamiento de los mismos; y los estudios, como una necesidad de avanzar profesionalmente para tener mejores oportunidades y mejor remuneración salarial.

Victoria Conrado integra ese grupo de personas que divide su tiempo entre un salón de clases y una oficina. Esta joven, de 23 años, inicia su jornada a las 6 de la mañana en la Universidad del Atlántico donde ve clases de inglés. A las 8 parte a su trabajo donde se desempeña como coordinadora administrativa, para luego finalizar su jornada a las 6 de la tarde y retomar de 6.30 a 9 de la noche sus estudios de ingeniería industrial en la Universidad de la Costa.

Aunque su jornada es bastante ardua, manifiesta sentirse satisfecha por este esfuerzo que más adelante, asegura, se verá reflejado en mejores oportunidades para su vida profesional, y, por supuesto, su vida personal. “Ahora puedo verlo como un esfuerzo grande lo que estoy haciendo, pero más adelante recogeré los frutos.

El inglés era algo que siempre había querido estudiar y no había podido hacer por falta de recursos, así que ahora tengo un trabajo y gracias a él puedo pagar tanto el programa de idioma como mi carrera, además de sostenerme”, señala Conrado. Manifiesta la joven estudiante que hacer las dos cosas al tiempo es bastante gratificante para ella, aunque “en algunos momentos me he sentido bastante agotada, pero siempre me repongo pensando en que será algo bueno para mí”.

Ventajas y desventajas.
Juan José Acosta Osio, rector de la Universidad Metropolitana de Barranquilla, señala que producto de la recesión económica en que nos encontramos inmersos, necesariamente la población estudiantil debe distribuir su tiempo entre el trabajo y el estudio; por cuanto resulta imposible, en la mayoría de los casos, contar con el respaldo o apoyo económico desde su núcleo familiar para financiar sus estudios.

Ahora bien, las ventajas de realizar ambas actividades implican por un lado aplicar los conocimientos teóricos en la práctica, otorgándole mayor experticia ante quienes no laboran, lógicamente si realiza sus labores en la misma área de estudios. “Esta alternativa de trabajar y estudiar al tiempo se constituye en un mecanismo para poder realizarse profesionalmente y crecer personalmente”, anota Acosta Osio.

Como desventaja señala la limitación que tienen los estudiantes en la selección de la oferta académica que se presenta estrictamente en horarios diurnos, dada la naturaleza de las mismas. “Evidentemente solo a través de la formación permanente y de procesos educativos de calidad es que se puede lograr un mejoramiento no solo en la calidad de vida de quien se forma, sino de todo aquello que los profesionales puedan liderar con la formación recibida, de tal manera que estos generen procesos de cambio, especialmente en esta época de grandes retos y transformaciones producto de la globalización del conocimiento”, recalca.

Al igual que Victoria, la situación no es diferente para Adriana Serrano, quien además de cumplir con un horario y actividades para sus clases de licenciatura en Lenguas, dedica gran parte de su tiempo a la enseñanza de portugués como docente independiente. Serrano, aunque no cumple un horario laboral estricto como lo hacen quienes trabajan en una empresa, debe preparar las temáticas para dictar los refuerzos a los estudiantes que atiende.

“Son cinco en total, y cada uno con horarios diferentes, niveles de aprendizaje diferente y lugares de residencia también diferentes, por lo que en algún punto el cansancio físico por el desplazamiento de un lado a otro empieza surtir efecto y se ve reflejado en mi rendimiento académico, sin embargo, es una forma para suplir mis gastos”, manifiesta Serrano.

Hussein Jaafar, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Institución Universitaria ITSA, señala que en la actualidad, las personas que estudian y trabajan al mismo tiempo ha venido en aumento, lo que se ha convertido en un reto para las instituciones de educación superior, en donde el modelo pedagógico debe adaptarse a las nueva realidad del proceso de enseñanza y aprendizaje.

“Es enriquecedor contar en las aulas con personas que se encuentran vinculadas con el sector productivo, ya que actualizan y comparten saberes relacionados con la realidad empresarial, lo cual conlleva al desarrollo del docente y del grupo en general. También por el mismo hecho, puede resultar complejo el proceso de responder con las exigencias académicas que demandan su proceso de formación”, sostiene el profesional.

Acciones de apoyo a los estudiantes Por eso, desde el ITSA, específicamente, se cuenta con el Programa de Atención Integral Permanente - PAIP, en donde se cuenta con el historial académico de los estudiantes y emite alertas tempranas en situaciones de bajo rendimiento académico y falta a los diferentes compromisos, en donde se realiza además un proceso de intervención por parte de los profesionales de la unidad de Bienestar Universitario.

Esta actividad también se hace posible gracias a la participación activa de los docentes, quienes hacen parte del proceso.

En este programa se detectan las razones de las diferentes situaciones en las que puede tener el estudiante y se elabora un plan de compromisos que debe responder el estudiante y diferentes tipos de apoyo que puede prestar la institución, como las tutorías, monitorías, consejería psicológica, asesoría médica, entre otras, para evitar que trabajar y estudiar al tiempo, antes de ser un punto positivo, se convierta en negativo tanto para el estudiante como para la institución.