Futuro del Metro de Bogotá, entre incertidumbre e inconformismo
El ministro de Transporte Guillermo Reyes manifestó que si el Distrito no acepta las modificaciones, no habrá financiación para el proyecto.
Incertidumbre, zozobra, inconformismo y al mismo tiempo respaldo ha tenido la polémica declaración del ministro de Transporte Guillermo Reyes sobre la financiación del Metro de Bogotá. El funcionario advirtió que si el Distrito no acepta las modificaciones para que el Metro sea subterráneo, entonces no tendrá financiación.
La polémica se levantó de inmediato en el país y el ministro fue citado a debate de control político para que explique sus afirmaciones.
Hollman Morris respaldó al ministro y aseguró que "es una amenaza para el presente y futuro de Bogotá financiar un proyecto de infraestructura como el “metro elevado” sin estudios, sin conocer el impacto social, económico y ambiental de dicho proyecto. Obras sin estudios son corrupción".
Bajo esa misma línea, el concejal Diego Cancino cuestiona por qué hay sectores que se oponen a un Metro subterráneo.
"Los mismos que hoy dicen “Bogotá se respeta” fueron los que prometieron no hacer TransMilenio por la Séptima, ni por la Av. 68 y hoy lo están haciendo. ¿Por qué se oponen al metro subterráneo sabiendo que es mejor y lo han respaldado? Acá los mezquinos con la ciudad son otros", señaló.
Sin embargo, hay dirigentes políticos que afirman que esa medida solo se trata de una forma de gobernar de manera "populista". Así lo manifestó Humberto de la Calle: "Y que ahora se amenace con bloquear inversiones en Bogotá si no se acepta su Metro, es inédita forma de gobernar. El pluralismo reconoce diferentes fuentes de poder. Inherente a la democracia".
El exministro Juan Camilo Restrepo calificó de "capricho" la medida sobre el Metro. "La reacción del presidente Gustavo Petro en relación con el metro de Bogotá es un buen ejemplo de un capricho. (...) Puede tener un sobrecosto entre 8 y 12 billones de pesos y acarrearía un retraso de cerca de seis años", afirmó.
