El Heraldo
Desde el pasado 16 de marzo, las escuelas del país permanecen vacías para evitar el contagio de la COVID-19. Archivo
Colombia

Maestros y padres de familia se oponen al regreso a las aulas

Mineducación y los colegios bilingües mantienen el pulso de la discusión. Estos últimos aseguran que garantizarán las medidas de bioseguridad.

A los estudiantes de este país les ha tocado vivir no sólo el flagelo de la COVID-19, sino las precarias condiciones del sistema educativo, las realidades de pobreza que impiden que algunos sigan teniendo clase virtual, pero también que a otros se les imposibilite volver a las aulas, aun después de la pandemia.

El pulso a nivel nacional está entre adoptar el modelo de alternancia propuesto por el Gobierno nacional o continuar con la educación virtual. Pero la realidad es mucho más compleja cuando padres de familia y maestros subrayan las verdaderas condiciones de las instituciones educativas.

Carlos Ballesteros, presidente de la Asociación de Padres de Familia, refirió que hoy muchas escuelas no cuentan con lavados de manos o baterías sanitarias. Puso de presente que en zonas rurales no existe una ambulancia cercana para transportar algún estudiante de resultar contagiado, así mismo, resaltó que, desde antes de la pandemia, las salas de enfermería no cuentan con todos los insumos que deberían tener.

“El Ministerio de Educación publicó una buena copia de las recomendaciones de la OMS, el INS y el Ministerio de Salud; pero no consultó la vivencia ni las precariedades con los educadores, los padres, con la comunidad educativa en general”, rechazó Ballesteros.

Esa disparidad de lo que propone el Gobierno (clases presenciales combinadas con virtuales) con la realidad de las instituciones se hace más latente en las escuelas públicas y rurales.

Privadas y públicas. María Angélica Burgos, docente de una institución  privada de calendario B en Barranquilla y al tiempo de una escuela pública de un barrio de escasos recursos en la misma ciudad, tiene una opinión de esta medida desde dos lentes distintos.

“Ese modelo de alternancia suena muy bien, lo han practicado otros países, pero no se ajusta a la realidad de un colegio oficial de estrato 1 y 2 o en pueblos del Atlántico, que no cuenta con agua y que las aulas son de 40 estudiantes”, expresó Burgos, quien es profesora de español.

Refirió que es muy difícil que estas instituciones puedan garantizar los protocolos de bioseguridad, cuando ni siquiera los recursos para permitir la conectividad de los alumnos se dieron.

“Aún no les han dado una tableta o un teléfono a los niños y niñas para garantizar la conectividad y ya llevamos varios meses de clases virtuales. El virus más fuerte que tenemos en estas instituciones es la pobreza. El Gobierno pensando en si dar clase presencial o virtual, cuando hoy ya muchos estudiantes han desertado, y otros no podrán volver”, lamentó.

El modelo de alternancia que se anuncia no se ajusta a la realidad de un colegio oficial de estrato 1 y 2 o en pueblos del Atlántico.

La profesora Burgos manifestó estar dolida por la situación tan precaria en la que viven varios de sus estudiantes que ahora además de la pobreza han tenido que convivir con la COVID-19. Añadió que también tiene familias de estudiantes de la otra escuela que han resultado positivos para el coronavirus.

Sin embargo, detalló que la situación no es igual en el contexto de la escuela privada: “Los salones son de 20 niños, es más fácil la alternancia porque puede ser de medio curso. La institución donde trabajo es campestre, es muy amplia y ya se está preparando. Aunque no deja de ser preocupante, porque ellos tienen tiempo sin ver a sus compañeros, van a querer abrazarlos, compartir”.

Raúl Molina, profesor de biología de una institución también de calendario B en Barranquilla, sugiere también que el modelo de alternancia no podría implementarse en claustros públicos.

“Ese modelo no es beneficioso para las escuelas del sector público del país porque no están las garantías de seguridad biológica. Ni siquiera hospitales y clínicas de bajo nivel cuentan con esos elementos de protección personal, que son la prioridad en estos momentos, ahora qué se espera para las escuelas”, cuestionó el docente.

El profesor Molina, de otro lado, añadió que en cambio desde el sector privado algunos colegios sí cuentan con los recursos y se están preparando para implementar la alternancia.

“Algunas escuelas privadas sí se están preparando, trabajan en la elaboración de un protocolo real, que sea verificable, que se pueda cumplir y que las familias puedan tener la confianza de enviarlos. Sin desconocer que seguiremos afianzando las clases virtuales”, comentó el docente.

Gissel Monroy, profesora de preescolar de una institución privada, expuso otras de las problemáticas que está viviendo el sector educativo.

“Los docentes de colegios privados estamos enfrentados a dos realidades: la primera es que muchos papás, sobre todo en los preescolares, han decidido retirar a los niños y pues realmente los pequeños jardines sobreviven con las pensiones y, por el otro lado, está la salud de los niños y niñas, que está primero que cualquier otra cosa”, refirió Monroy.

Sin embargo, consideró que actualmente gran parte de las escuelas no ofrecen ninguna garantía y tampoco tienen los recursos para cumplir con los requerimientos de bioseguridad.

“¿Quién va a responder por una situación crítica? No hay el personal médico que se requiere en las escuelas”

El debate

Entre tanto, el presidente de Fecode, Nelson Alarcón, calificó como irresponsable la idea del retorno a las aulas el próximo 1 de agosto, a través del modelo de alternancia.

Precisó que se requeriría que cada alumno llevara mínimo dos tapabocas por día, y que hubiera un lavamanos en las entradas por cada 66 estudiantes. “Aún así el ingreso tardaría cerca de una hora”.

“¿Quién va a responder por una situación crítica? No hay el personal médico que se requiere en las escuelas. Debe haber personal idóneo para atender una eventual circunstancia de  síntomas en la comunidad  educativa. Además, ¿cómo vamos a volver cuando el mismo Gobierno ha dicho que habrá un pico de contagio en esa misma fecha?”, señaló Alarcón.

Fecode agremia a más de 290 mil maestros de 9.300 instituciones públicas. De exigir el regreso a las aulas, se mantendrán en desobediencia atendiendo al llamado de maestros y de padres.

En este mismo sentido, la Confederación Nacional de Rectores y Colegios Privados (Andercop) anunció que terminarán el año con clases virtuales y que no implementarán el modelo de alternancia impulsado por el Gobierno.

Por el contrario, la Unión de Colegios Bilingües (UCB) manifestó que sus instituciones sí volverán a las aulas y garantizarán los elementos de bioseguridad.

“Nuestra asociación es respetuosa de los lineamientos sobre el retorno a clases (...)  Como instituciones privadas reiteramos nuestro compromiso de ofrecer educación de calidad a cada estudiante de nuestras instituciones,  además del cuidado y protección necesaria”, señalaron.

 Rechazo de las madres

Mayely Valencia Zabaleta, quien es madre de una niña y un niño  del preescolar, manifestó su desacuerdo con la medida propuesta por el Gobierno: “Con la alternancia existe la probabilidad de contagio y mis hijos son un tesoro, no los voy a exponer. Si el colegio, en últimas, decide que sólo se dictarán clases por esa modalidad, pues no los matriculo”.

Valencia contó que para el caso de su hijo, que está en calendario B, el colegio realizó una encuesta a padres y cada uno decidió si su hijo seguiría en clase virtual, presencial o alternancia.

Por su parte, Iliana Berrío, madre de un niño que cursa jardín, comparte la misma posición: “No existen las condiciones para el retorno. Si para nosotros, como adultos, ha sido difícil adaptarnos al tapabocas, distanciamiento y cuidados, es mucho más complejo para un niño”.

Así mismo, Karoline Gómez, madre de un niño que cursa primaria, señaló que será difícil que guarden distanciamiento en infraestructuras tan pequeñas. Manifestó que teme que durante el recreo se quiten los tapabocas o se pongan las manos en la cara.

“Además, uno no conoce la familia de los compañeros de clase, hay gente muy descuidada, uno no sabe si están guardando el mismo cuidado que uno, hay gente que ni cree en el virus y contagian a sus hijos y los hijos de ellos a otros niños y niñas. No estoy de acuerdo con volver a las aulas”, señaló.

Pero, incluso, también a padres de estudiantes con más edad esta medida les inquieta. “Me parece irresponsable pensar en esto cuando la curva no se aplana. En los colegios no están dadas las condiciones para volver a clases, teniendo en cuenta que mi hijo estudia en una de las instituciones educativas distritales  y en estas instituciones carecen de muchas cosas primordiales, ahora imagínense las medidas de bioseguridad, realmente no estaría tranquila”, expresó Cristina Ruiz, madre de un adolescente de séptimo grado.

Añadió que se debe tener presente que los menores “son inquietos y no tienen la madurez para entender la gravedad de la situación”.

Así las cosas, el pulso por el retorno a las aulas parece estar ganándolo los padres y madres de familia, los cuales en su gran mayoría no están de acuerdo con la alternancia.

No obstante, el Ministerio de Educación ya aclaró que no es obligación que el próximo 1 de agosto se retorne a las aulas y que dependerá de las condiciones de cada territorio. En el Atlántico y Barranquilla, las secretarías de Educación ya establecieron que este año las clases terminarán virtuales en los colegios oficiales.

Sin embargo, los colegios privados sí están estudiando la posibilidad del retorno a las aulas.

Próximo semestre

Virtual: Universidad del Atlántico, Uniautónoma y la Unisimón. Esta última recibirá estudiantes sólo cuando se requiera en laboratorios.

Alternancia: La Unilibre analiza la posibilidad para los programas que requieren de prácticas en laboratorios.  También la Universidad del Norte propone que el semestre sea híbrido (remota, virtual y presencialidad parcial), pero con flexibilidad.

Otro: La Universidad CUC propuso cuatro modelos para el próximo semestre (presencial en el aula,  modo virtual, presencial acceso remoto y clase magistral).

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