El Heraldo
Colombia

“Los ataques contra las mujeres son cada día más crueles”: Mónica Roa

Mónica Roa, una abogada defensora de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer, opina sobre los asesinatos y vejámenes de que son víctimas.

Mónica  Roa,  abogada y  defensora  de los  derechos  sexuales y reproductivos  de la  mujer,  al  analizar los  asesinatos  y vejámenes de que son víctimas,  afirma  que  los  casos “…parecen  ser la reacción  desesperada  de  unos  hombres  con muy poca  inteligencia  emocional, baja  auto-estima  y ´`una masculinidad muy  primitiva.”   Y  agregó: “… estos  hombres  con masculinidades  mal resueltas, empiezan (en España)  a  suicidarse  después  de  haberles  agredido (…) como la  expresión  ultima  de “te  voy  a  hacer daño donde  más  te  duela”.

 

P.

Los asesinatos y vejámenes contra la mujer van en incremento en el mundo, en Colombia y en la Costa Caribe. A veces tengo la impresión que al nombrarlos como violencia de género, olvidamos que esa violencia es, además, la negación y el fracaso de siglos enteros de “civilización” y “progreso”. ¿A su juicio, que ha permitido esa barbarie?

R.

No sé si estoy de acuerdo con que los vejámenes contra la mujer van en  incremento en el mundo. A nivel macro las estadísticas demuestran que van disminuyendo, pero a un ritmo muy lento. Lo que pasa es que ahora gracias a la conciencia que tenemos sobre el tema y a las redes sociales, los casos son más visibles y aunque menos, el número sigue siendo inadmisiblemente alto. 

Ahora sobre si la persistencia del problema es un fracaso de los siglos de civilización y progreso, creo que yo diría que son un resultado de estar en una etapa de transición, donde hemos tenido avances significativos. La mayoría de los casos que veo, parecen ser la reacción desesperada de unos hombres con muy poca inteligencia emocional, muy baja auto-estima y una masculinidad muy primitiva, que no soportan la idea de que una mujer no quiera ser “suya”; no pueden con la idea de que una mujer, en un acto de libertad decida que se quiere separar, que no quiere seguir con él. He hablado con feministas muy mayores sobre este tema y sobre cómo ven que el fenómeno ha cambiado, y su respuesta es que los ataques contra las mujeres son cada vez más viles, más crueles, más tortuosos. En eso sí vamos peor. 

P.

l combate contra la violencia, y en general el miedo y la discriminación de la mujer necesitarían esfuerzos mayores que los que aportan ahora la cultura, la política, el derecho, el Estado, las religiones, las instituciones, y en general los hombres y mujeres de toda la posmodernidad. Más de lo mismo de seguro derivará en resultados tan mediocres como los de hoy ¿Qué cosas habría que innovar o suprimir?

R.

Creo que los esfuerzos han estado demasiado enfocados en usar el derecho penal como respuesta única al problema. Cada caso paradigmático que llama la atención de la opinión pública es una nueva invitación para que los políticos se inventen nuevas leyes con castigos cada vez más gravosos, hasta el punto de proponer cadena perpetua o pena de muerte.

Yo tengo clarísimo que de nada sirve aumentar las penas si no se trabaja con la rama judicial para que efectivamente se implementen. Pero no podemos quedarnos solamente con el castigo de los casos que ocurren, sino que también es fundamental dedicar esfuerzos serios a campañas de educación y prevención que nos hagan tomar conciencia de que la violencia contra las mujeres es la expresión más extrema de la discriminación y que ese caldo de cultivo lo construimos todos con el chiste machista, con la canción que habla de la mujer como objeto de consumo sexual, con la publicidad que vende de todo con mujeres en bikini, con el pago de salarios menores a mujeres que hacen el mismo trabajo que sus colegas hombres, con la tolerancia cultural al acoso sexual en las universidades y las empresas, con las pocas mujeres que se encuentran en los diferentes círculos de poder, etc.

Todas estas campañas no solamente deben promover que no haya violencia contra al mujer, sino una visión más amplia que también promueva nuevas masculinidades que asuman su parte de responsabilidad frente a las labores de cuidado que las mujeres siempre han tenido que cargar solas, como el cuidado de los hijos y los ancianos, la limpieza de la casa, la preparación de la comida, etc. 

 

P.

Tal vez la clave de todo éste asunto que avergüenza la condición humana, radica en que los varones de la historia contemporánea se parecen demasiado a los hombres de las épocas más oscuras de la sociedad patriarcal. Aunque hay avances significativos, es indudable que los varones asumen el discurso igualitario de los géneros sin que en realidad sus creencias, prejuicios, miedos y comportamientos hayan variado en lo más mínimo.

R.

Efectivamente, así como en su momento el feminismo nos hizo cuestionarnos que no había una sola manera de ser mujer, que tradicionalmente era teniendo hijos y siendo ama de casa, también hay que cuestionar que hay diferentes maneras de ser hombre y que no hay que ir dejando hijos regados por ahí, ni pegarle a las mujeres, ni arrasar con lo que sea que se interponga en mi camino, como en las películas de acción donde al personaje no le importa que para ganarle a su competidor tiene que destrozar lo que se le atraviese, para demostrar que es un macho de verdad. Ahí hay mucho trabajo que hacer. 

P.

Hay quienes creen que haría falta que los ciudadanos del género masculino asuman como suya la tarea de renunciar a los beneficios y privilegios que les otorga la sociedad patriarcal. Y autores como Derrida y muy especialmente Michel Onfray (1), plantean la necesidad de redefinir la masculinidad. Una sin misogimias, sin miedos a la mujer. En realidad sólo una masculinidad mal resuelta podría explicar la violencia de géneros. ¿Cuál es su opinión?

R.

Sí, creo que es por ahí. El problema es que si solo se plantea en términos de renunciar a los privilegios, vamos a perder una buena parte de la audiencia. Creo que es mejor mostrar lo que ganarían en su experiencia vital al abrirse a una gama de experiencias más diversa, a entender que hay muchas maneras de ser hombre.

Si bien es claro que en el reparto de recursos y oportunidades los hombres han tenido una ventaja sobre las mujeres, también lo es que la imposición de expectativas sobre cómo debe ser un hombre y cómo debe ser una mujer, es difícil para los dos. Un hombre que no es competitivo, o que no le gusta dárselas del chacho frente a sus amigos, o que quiere poder hablar abiertamente de sus sentimientos, pues puede sentirse muy liberado al entender que cada quien puede definir qué tipo de hombre quiere ser. 

P.

Byung- Chul Han es un filósofo surcoreano formado en Alemania. Sus incisivos libros son la última coca-cola del desierto en el primer mundo. En su libro “En el Enjambre” (2) trae una cita de Carl Schimitt: “Después de la Primera Guerra Mundial dije: “es soberano el que decide sobre el estado de excepción” Digo ahora: “es soberano el que dispone sobre la Shistorn” * ¿El recrudecimiento de la misoginia podría interpretarse como un uso excremental de la misma basura patriarcal de siempre exacerbada por la tecnología.?

R.

Como dije antes, creo que es un síntoma de los pataleos de quienes están sintiendo y resintiendo el cambio en la relación entre hombres y mujeres y dan su última pelea con todas las armas que la historia les ofrece, incluyendo la tecnología. En España estoy viendo un fenómeno que pareciera ser el paso siguiente al que estamos viviendo en Colombia y es que una vez el Estado y la sociedad pasan a no tolerar la violencia contra las mujeres, estos hombres con masculinidades mal resueltas, empiezan a suicidarse inmediatamente después de haberlas agredido, o en muchos casos después de haber agredido a sus hijos como la expresión última de “te voy a hacer daño donde más te duele”. 

 

P.

Importante corrientes del pensamiento se resisten a explicarse los problemas del género como un asunto de género. Perciben la categoría del género como dependiente de otras categorías: biología, cuerpo, sexo, raza, naturaleza. Explicaría eso de alguna manera las dificultades hasta hoy invencibles para superar la misogimia, el miedo, la exclusión y la violencia que subyace a los asuntos del género?

R.

El concepto de género como categoría sociológica que desde los 70s nos ayudó a entender mejor el mundo y la manera en que unos y otras lo perciben de maneras diferentes, debe usarse en conjunto con el concepto de interseccionalidad para poder dar cuenta de cómo la discriminación por género interactúa con otros niveles de discriminación como la raza, la orientación sexual, el lugar de origen, el estatus migratorio, la edad, la capacidad o discapacidad, etc.

La verdad es que hay unas diferencias muy profundas en las vivencias de mujeres blancas cristianas del norte global y mujeres musulmanas migrantes, por poner un ejemplo totalmente vigente hoy. En Colombia podríamos preguntarnos por la experiencia de las mujeres indígenas o las mujeres afro y por los retos que enfrentan al interior de sus propias comunidades que también han tenido una lucha histórica por el reconocimiento de sus diferencias en la construcción de ciudadanía con igualdad de dignidad y derechos. 

El tema de la naturaleza siempre me hace sospechar, porque históricamente se han usado argumentos biologicistas para justificar las injusticias más grandes y discriminar a los diferentes: los negros, los judíos, las mujeres, los indígenas, las personas con discapacidad, los homosexuales, etc. Si en algo se caracteriza la historia de la humanidad es en superar constantemente lo que hubiera sido el curso normal de la naturaleza: por eso usamos ropa, por eso se desarrolla la medicina, la aviación, la arquitectura, el viagra; por eso no aspiramos a vivir según la ley del más fuerte sino en democracias que respeten los derechos humanos.  

 

Literalmente “Tormenta  de  mierda” por internet  (1) La  Fuerza  De  Existir  ANAGRMA  2019 (2) En el  Enjambre- Herder  Editorail 2014 conversacionesconarmandobenedetti.com

 

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