El Heraldo
El presidente Duque encendió la polémica luego de un trino desde su cuenta.
Colombia

¿Influyó EEUU en la independencia de Colombia?

Dos investigadores de la historia dan su opinión en EL HERALDO sobre si el presidente se equivocó y sobre si hubo “apoyo crucial” y/o “influencia” de los padres fundadores estadounidenses en el proceso independentista colombiano.  

¿Se equivocó o no el presidente Iván Duque cuando le dijo el miércoles pasado al secretario de Estado de los EE.UU., Mike Pompeo, que “hace 200 años el apoyo de los padres fundadores de los Estados Unidos a nuestra independencia fue crucial”?

Responden en EL HERALDO, con sus puntos de vista, la historiadora bogotana Isabel Arroyo y el historiador valduparense Javier Ortiz Cassiani.

P.

¿Duque se equivocó?

R.

Arroyo:

Sí, se equivocó. Y sí hay una cosa que quisiera aclarar: aunque me han citado en todos lados, simplemente hice un hilo en Twitter haciendo una especie de ‘fact checking’, ni siquiera me quise meter mucho en valoración de los temas sino simplemente revisar algunas cosas. Pero no he sido la única que ha intervenido en esto. En esencia todos los historiadores que han intervenido han dicho lo mismo: es insostenible decir que hubo un apoyo crucial de los padres fundadores de los Estados Unidos. Y coinciden con esto también los historiadores Jorge Orlando Melo, Mary Arana y Álvaro Tirado.

Ortiz:

Evidentemente Duque se equivocó. Y antes habría que aclarar una cosa: Colombia es quizá uno de los pocos países, sino el único que celebra dos bicentenarios de su Independencia, el primero que se celebró en el 2010, porque se toma el 20 de julio de 1810 como el hito fundacional de la Nación independiente, y el segundo, que es el de este año, porque se toma el 7 de agosto de 1819 por la Batalla de Boyacá como el referente que da inicio a la República colombiana. Dicho eso, en los primeros intentos de fundación de la República, es innegable que hay una influencia de la constitución federalista norteamericana, que se forma con la Revolución Norteamericana de las Trece Colonias, que comienza en  1776 y que finaliza más o menos en 1783, 85. En el proceso de construcción de estados autónomos a partir del desmembramiento del Virreinato de la Nueva Granada, cuando las provincias se convirtieron en estados, hubo algo de la influencia del federalismo norteamericano, pero Duque no se estaba refiriendo a ese hecho, sino al de la Independencia, que ocurre posteriormente, específicamente con la Batalla de Boyacá y con la famosa campaña admirable de Simón Bolívar. En ese sentido, es un error hablar de los padres fundadores en la construcción de la República de Colombia.

P.

El alto consejero de DD.HH., Francisco Barbosa, dijo que hubo influencia de los padres fundadores de los EEUU en el movimiento independentista colombiano, ¿fue así? ¿Podría ser considerado ello como un apoyo crucial para la Independencia?

R.

Arroyo

Fue bastante rebuscado, pero específicamente en el tema de la inspiración ideológica. Incluso, me parece menos rebuscado lo que dijo Marta Lucía Ramírez de hablar de la Doctrina Monroe. Pero lo de remitirse tiene varios problemas, uno de esos es decir que servir de referente ideológico es un apoyo crucial. Suena un poco como a que no fueran capaces de pensar por sí mismos. Hubo muchas influencias ideológicas obviamente, pero se ha querido dar la idea de como que se gestó en EEUU y que es como parte de la misma corriente ideológica y eso es una gran simplificación y lleva a pasar por alto lo que pasaba dentro del mismo entorno hispano, en el mismo Imperio Español, pasa por alto lo de la crisis del Imperio, las abdicaciones de Bayona, de Fernando VII, que fue lo que precipitó la Independencia. Entonces es forzar no solamente los hechos sino las interpretaciones, porque además, aunque sí fue un referente del republicanismo y de la posibilidad de un proyecto independista en América, y en ese sentido un referente para los criollos, siempre hubo muchas discusiones. Digamos, la tradición institucional anglosajona y en España siempre fue muy distinta, entonces esa posición con tanta simpleza da una reducción innecesaria. Y además me llama la atención que terminemos metiendo a (Francisco de) Miranda y terminemos desplazando a (Simón) Bolívar de esta conmemoración, porque aunque Miranda fue importante porque concibió la idea de Colombia e incluso fue el que creó la bandera, era un proyecto muy distinto, y por algo nosotros no estudiamos a Miranda como uno de nuestros  precursores, porque realmente no tuvo mucho vínculo directo con nuestra historia, y ya el proyecto colombiano de Bolívar era otra cosa.

Ortiz

Una cosa es el apoyo a un proceso independentista, como el caso de la legión inglesa, la legión francesa, la legión de soldados irlandeses e incluso soldados polacos que participaron en la Independencia del territorio colombiano, y otra cosa es la influencia de algunas ideas que se construyeron en otros procesos revolucionarios, como es el caso de la Revolución Norteamericana. En ese sentido el argumento del consejero pues se cae, porque Duque se refirió específicamente no a la influencia sino al apoyo directo de los padres fundadores de los EEUU, y Duque se estaba refiriendo a lo que sería la segunda Independencia después de la reconquista española, que es la que para el caso colombiano tiene a la Batalla de Boyacá como su hecho fundamental. Y también es parte del desconocimiento: Duque estaba en Cartagena de Indias, allá se fundó ‘El Argos Americano’, que fue un periódico que circuló en la ciudad entre 1810 y 1812, en pleno proceso  de las primeras independencias, y tenía una fuerte influencia del federalismo norteamericano, incluso se reproducían artículos de periódicos norteamericanos de ciudades como Filadelfia, Boston, Norfolk, pero ese dato ninguno de los asesores se lo suministró y quizá eso hubiera quedado mejor que hablar de esa supuesta influencia directa de los padres fundadores en la Independencia de Colombia.

P.

¿Hubo algo de exageración quizá por parte del jefe de Estado para halagar o congraciarse con Pompeo?

R.

Arroyo

Fue un error. Y es muy diciente el hecho de que quien esté saliendo a defender lo que dijo Duque sea un funcionario del Gobierno. Y lo que ha hecho es rebuscar justificaciones, cambiarle el sentido a palabras como “crucial” y “apoyo”, y a la Guerra de Independencia. Lo que veo es un intento forzado de negar que fue un error. Hubiera sido más fácil admitirlo.

Ortiz

Es un error histórico, pero además es un error histórico que tiene su fundamento, a pesar de que suene a contradicción. Y el fundamento está en la misma jerarquización de la historia: para Duque un hecho importante es tratar de acomodar la historia para relacionar la del país con la grandeza que él deduce tiene la formación de la nación norteamericana. Estoy completamente seguro de que si se reúne con el mandatario de Jamaica, o con un alto funcionario de Jamaica, no va a recordar que Jamaica recibió a Bolívar y que allí Bolívar escribió la famosa Carta de Jamaica, que es quizás el documento más lúcido de todos los que escribió Bolívar. Y estoy también seguro de que si se reúne con el presidente de Haití no va a recordar que la Independencia de Colombia y de otros países bolivarianos se dio gracias al apoyo de Haití, que ya había realizado una revolución moderna hecha por gente negra, y que gracias al apoyo en armas y en recursos la Independencia de Colombia se pudo dar, porque en realidad lo que el presidente está construyendo es una jerarquía de lo que parece importante y dentro de eso lo importante es conectarse de alguna manera con la historia norteamericana y no con lo que sí es una realidad histórica, que es la influencia de estos países del Caribe en la construcción de la Independencia nacional.

Los validadores de Duque

 

Aunque la mayoría de historiadores que se han pronunciado sobre lo dicho por el mandatario parecieran coincidir en que fue erróneo lo que dijo, no le faltaron a Duque defensores, sobre todo en la red social de Twitter.

En primera medida, por supuesto el alto consejero presidencial Barbosa, quien señaló: “Apoyo de los padres fundadores de EEUU a nuestra Independencia: En el segundo viaje de Francisco de Miranda a EEUU (1804) se reunió con el presidente Jefferson y su gabinete, asegurando la no intervención de EEUU en favor de España ante la rebelión de las colonias. (…) En 1806, un barco tripulado por americanos en su mayoría y liderados por Miranda, asaltó Venezuela y 10 americanos fueron capturados y asesinados por piratería. (…) En 1815, John Adams le envía una carta a James Lloyd, elogia la disposición de Miranda de rebelarse ante la Corona, y su pleno convencimiento de que esta idea fue implantada en muchos funcionarios estadounidenses de alto nivel”.

Además, expone Barbosa: “En 1822, el presidente James Monroe, último padre fundador de EEUU, reconoció la Independencia de la Nueva Granada. Fue secretario de Estado del presidente James Madison y creador de la Doctrina Monroe. Luego de esto, se inician relaciones diplomáticas. (…) En diciembre de 1823, el último padre fundador, James Monroe, reafirmó que su país vería con malos ojos subvertir la Independencia de las nuevas naciones latinoamericanas. Santander declaró esto como un ‘acto eminentemente justo y digno de la tierra clásica de la libertad’. (…) Bolívar en el discurso de Angostura en Venezuela (1819), señaló: ‘el pueblo norteamericano es un modelo singular de virtud política y rectitud moral, (…) esa nación nació en libertad, se crió en libertad y se mantuvo sólo por la libertad’.

Y concluye el alto funcionario de la Presidencia que “en 1806, el embajador de España en Estados Unidos, Carlos Martínez de Irujo, denunció que ese país estaba apoyando la libertad en las colonias españolas. Eso es prueba contundente del respaldo estadounidense a nuestra Independencia. (…) Camilo Torres, quien encabezó el movimiento por la Independencia y fue autor del Memorial de Agravios, consideraba que la Constitución de los Estados Unidos es la ‘más sabia que hay bajo el cielo’, en una carta a Ignacio Tenorio, oidor de Quito. (…) Y líderes del Socorro, Santander, asociaban, en pleno movimiento independentista a los Estados Unidos con las ‘ideas de la humanidad y de la virtud’, en el Manifiesto del Socorro de 1810”.

El exsecretario presidencial Luis Guillermo Vélez también ‘trinó’: “Apoyo crucial también fue lo que vino después: la protección de la Independencia, después de la salida de los españoles, a través de la Doctrina Monroe de 1823”.

Lo propio hizo el politólogo José Fernando Flórez: “La influencia de los padres fundadores en la Independencia comienza por que todas las constituciones latinoamericanas son epígonos de la de 1887. Nada menos que el modelo de régimen político nos copiamos”, y agregó que en algunas críticas por este episodio “veo en cambio unas ganas incontenibles de fastidiar al presidente por cuanta insignificancia”.

Y el ex alcalde de Bogotá Jaime Castro citó en la red social textos de 1881 del escritor y político colombiano José María Samper, en los que indica: “En la Constitución de Tunja de 1811 nuestros próceres combinaron las ‘nociones que derivaban de la rutina colonial con las ideas democráticas que habían recibido mediante la lectura de los publicistas norteamericanos’. (…) La emancipación de las colonias norteamericanas que elevó a la vida independiente y republicana vastísima porción de nuestro continente era ejemplo para los granadinos deseosos de crear su propia patria. (…) Ya fuese por el influjo que ejercían en el espíritu de nuestros nóveles republicanos las ideas norteamericanas sobre gobierno, en 1811 y en la mayoría de los pueblos prevalecía la idea federalista”.

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp
Convierta a El Heraldo en su fuente de noticias
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.