Colombia

En video | Mónaco: 25 años después cayó el fortín de Escobar

275 kilos de indugel sirvieron para que los ocho pisos del edificio Mónaco se viniera abajo. En el sitio se construirá un parque.

Una detonación controlada derribó este viernes el edificio Mónaco, conocido por haber sido la vivienda del narcotraficante Pablo Emilio Escobar en los años ochenta y que aún representaba un símbolo de la mafia. Sobre sus ruinas se levantará un monumento para recordar a las víctimas del narcoterrorismo que desangró al país por casi una década.

A las 11:53 a.m. sonó una alarma y luego un estruendo. Tres segundos después, la antigua morada del exjefe del cartel de Medellín era un montón de escombros. Los bomberos lanzaron agua para contener la nube de polvo blanco provocada por la explosión. 

Aunque un sector de la sociedad se oponía al derribo, el gobierno lanzó una campaña para explicar que no se trataba de “borrar la historia” sino de “transformarla”. 

Este acto “significa la derrota de la cultura de la ilegalidad (...) Significa que la historia no se va a escribir en función de los victimarios”, dijo horas antes de la demolición el presidente Iván Duque, cerca del lugar que, a finales de 2019, se convertirá en el Parque Inflexión.

El espacio de 5.000 metros cuadrados rendirá tributo a las víctimas del “narcoterrorismo”, como se conoce a la guerra sin tregua de los cárteles contra el Estado en los años 80 y 90. 

“Los grandes referentes que tienen que conocer nuestros niños (...) son quienes representaban los valores y no los antivalores”, dijo Federico Gutiérrez, alcalde de Medellín.

Luego de la implosión, cantó el paisa Juanes y Yuri Buenaventura. 

Momentos

Desde primera hora de ayer, las autoridades habían evacuado las viviendas situadas a 100 metros a la redonda del edificio Mónaco. Unas 1.500 personas, incluidas unas 300 víctimas, y 147 mascotas evacuaron 638 inmuebles y apreciaron la caída de los ocho pisos del Mónaco tras la detonación en la que se utilizaron 275 kilos de indugel.

Para Claudia Hencker, pensionada de 60 años y habitante del sector, "es cómo lo mismo", pues si antes los turistas llegaban a ver el edificio de Escobar, en unos meses vendrán a ver el lugar donde estaba el edificio. “Es como gastar una plata inoficiosamente, porque siempre esa esquina va a ser de Pablo”, lamenta. 

El costo de remodelar y adecuar el Mónaco ascendía a 11 millones de dólares, mientras que derribarlo y construir el parque necesitaba cerca de 2,5 millones, por lo que la alcaldía descartó una opción distinta a tumbarlo. 

En pie siguen, sin embargo, las 443 casas que construyó el capo para las familias que vivían en un basurero de Medellín. Gestos como ese le valieron el apodo del “Robin Hood colombiano” y el reconocimiento de un sector minoritario de la sociedad. 

Estas son las imágenes que deja la demolición del edifico Mónaco en Medellín

Tres segundos bastaron para hacer trizas la antigua morada del exjefe del cartel de Medellín. Una nube de polvo se alzó por varios minutos en el cielo, al tiempo que dos carros de bomberos lanzaban agua para contener su expansión. 

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Una narco–herencia en Medellín

El edificio Mónaco estaba conformado por ocho pisos y estuvo avaluado en 5.000 millones de pesos, tenía 34 parqueaderos, 12 apartamentos, 2 piscinas y una cancha.

El Mónaco fue referente del primer coche bomba detonado en el país. En 1988, el cártel de Cali atacó la estructura, con Escobar y su familia dentro. La explosión afectó el oído de la hija del barón de la droga y desató una sangrienta guerra entre cárteles. 

El atentado hirió además el ego del narcotraficante, pues los explosivos dañaron sus valiosas colecciones de carros y arte.

“Curiosamente el edificio Mónaco es el único sitio donde Pablo Escobar fue víctima”, explicó Alonso Salazar, exalcalde de Medellín y autor del libro La parábola de Pablo. 

“Destruir bienes materiales es relativamente fácil. Lo más complejo que tenemos que hacer es rehacernos como una sociedad donde la legalidad y la ética tengan más fuerza”, agrega.

25 años después de la muerte de Escobar a manos de la policía, el esqueleto maltrecho de su antiguo hogar seguía siendo parada obligatoria de recorridos turísticos.

A diario, grupos de curiosos recorrían el búnker blanco deshabitado que Escobar había construido en El Poblado.

Como parte de la iniciativa gubernamental, desde 2018 los visitantes se encontraban con un edificio recubierto de carteles que recordaban a los periodistas, civiles o jueces asesinados por orden del capo.

Como parte de esa lucha contra la sombra del capo, a finales de enero también fue retirada de la Hacienda Nápoles la réplica de la avioneta en la que Escobar transportó su primer cargamento de cocaína a EEUU.

Por qué había que derribarlo y el por qué no

“Un mensaje contra la cultura traqueta”

Para algunos la demolición del edificio Mónaco no sirve para derrotar la cultura traqueta que tanto daño le ha hecho a la sociedad colombiana. De acuerdo, tumbar un edificio no es suficiente. Pero es parte de un profundo esfuerzo liderado por el alcalde Federico Gutiérrez, para reivindicar a las víctimas del narcotráfico. Se trata de contar la historia desde la perspectiva de quienes sufrieron la violencia de Escobar, en particular, las víctimas anónimas que no han tenido voz. Llegó la hora de que Colombia hable de las víctimas. No queremos más series glorificando al narcotraficante, ni más medios fascinados con las andanzas del capo, no más narrativas de la ilegalidad. Este esfuerzo debe incluir una ruta de la memoria y diversas iniciativas artísticas. Necesitamos que los colegios hagan concursos de ensayos sobre la historia de esas víctimas, que se generen espacios de reflexión en los claustros educativos sobre el daño del narcotráfico y que el peregrinaje sea para recordar a las víctimas y no a los victimarios. En Colombia miles de héroes se sacrificaron por defender la democracia y los derechos ante la agresión de la mafia. Policías, jueces, periodistas, líderes , políticos y ciudadanos de a pie. Que los convirtamos en los referentes que necesita este país para ahí sí derrotar esa cultura traqueta e ignorante.

*Carlos Fernando Galán, exsenador y víctima

“Mónaco era la clase de memoria que es Auschwitz”

En mi opinión, el edificio Mónaco no se debió demoler o, en ese caso, si queremos negociar, se debió conservar una parte. ¿Cuál es el sustento de esto? Que yo creo que Colombia, que es un país que usualmente carece de memoria, podría tener en el edificio Mónaco una especie de monumento a lo que significa el narcotráfico, porque todos los que hemos pasado al frente del edificio, o que pasamos, porque ya lo demolieron, nos trae los recuerdos muy tristes y vívidos de los años ochenta y de la violencia entre carteles. Pero ver hoy al edificio derruido, en medio de todo el lujo y la suntuosidad que tuvo alguna vez, es un poco encontrar como el significado de lo que es en esencia el narcotráfico, que es una carcasa llena de belleza y de apariencia pero que por dentro está podrida, y en eso el edificio Mónaco hacía un retrato perfecto para plasmar esa clase de realidad. En términos de simbología, para mí, un edificio imponente pero podrido por dentro es lo que significa el narcotráfico. Tal vez por eso yo no estaba de acuerdo con la demolición del edificio, porque creo que el país no tiene memoria y esa clase de memoria, como Auschwitz, por ejemplo, hacen que uno tenga  que recordar las terribles tragedias a las que fue sometido el mundo y en este caso Colombia por cuenta de algunos.  

*Nicolás Samper, periodista

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