El Heraldo
Aspecto de las obras de control que se ejecutan en La Mojana desde hace 15 días. Cortesía.
Colombia

El plan que busca ‘blindar’ La Mojana del invierno

Campesinos se muestran preocupados ante un posible crecimiento del río Cauca, pese a que las autoridades locales iniciaron obras de control. 

Mientras las autoridades de Sucre y hasta del nivel central en Gestión de Riesgo se muestran optimistas por las obras de control de inundaciones que iniciaron desde hace 15 días en la subregión Mojana, desde el plano local los campesinos, en especial agricultores, al igual que algunos alcaldes no lo están.

En terreno las comunidades le reprochan al Gobierno Nacional haber iniciado tarde estas obras, dado que ya se está frente a la primera temporada de lluvias y “el tiempo es lo más impredecible. En estos momentos los niveles de los ríos Cauca y San Jorge no son tan elevados, pero en cualquier momento varían y no sabemos qué pueda ocurrir”, anota Salvador Aguilera, un cultivador de arroz.

En esto último coincide con José Miguel Pineda Urieta, quien  anhela que las obras puedan ser terminadas pronto y sean lo más segura y compacta posible, que no sufran con la primera corriente del río.

 

Los pescadores de esta zona manifestaron que se han visto afectados en los últimos meses.

La incertidumbre de sembrar. “Por lo que vemos hasta ahora creemos que el invierno no será muy fuerte y puede dar tiempo para realizar unas buenas obras, pero de todas formas deben apresurarse por hacer las cosas rápido. No queremos que las crecientes sigan acabando con esto. Queremos unas obras seguras”, anota Pineda no sin recordar que las aguas le han acabado con su finca.

De momento, asegura tener las tierras preparadas, esperando a ver qué pasa con las lluvias para proceder, pues en el 2018 por cuenta de las alertas por las emergencias de Hidroituango no pudo sembrar “porque todo lo que se decía era que venía una gran inundación y todo se nos iba a perder y nadie dio una voz de aliento para decir que sembráramos”.

Esa espera para sembrar también afecta a los cultivadores porque se le pasa un tiempo preciado y cuando ya quieren hacerlo su productividad y los compradores han mermado. De momento en la Mojana no se ven las grandes extensiones de arroz sembrado.

Jhony Álvarez, presidente de Fedearroz en Magangué (Bolívar), coincide con los agricultores en que afrontan una grave crisis y aunque realizan obras de mitigación no confía mucho en lo que pueda ocurrir en especial en el llamado Punto G.

“Llevamos cuatro meses de estarle diciendo al alcalde de Majagual, Luis Benito Gómez, y al gobernador Edgar Martínez, que ese sitio es el más crítico y no es mentira, ya la parte delantera del camellón viejo se erosionó todo. Nos estamos defendiendo con una pequeña oreja que se hizo rápidamente en mayo del año pasado y esa no es la solución que ese punto amerita. Allí debe haber mucha más maquinaria, no una sola como está ahora. Advierto que hemos perdido 10 días importantes de trabajo y que ya nuestras inversiones son millonarias en arroz y se nos pueden perder”.

 

Así está actualmente el nivel de las aguas del río Cauca a su paso por Guaranda, en Sucre.

Pide agilizar las obras. El alcalde de Achí (Bolívar), Javier Nadjar, una de las poblaciones que tiene puntos críticos que son objeto de intervenciones, en un tramo de 100 kilómetros del río Cauca, no se muestra tan optimista por el tiempo, aunque indicó que ya fueron realizados los trabajos en el punto de Buenavista, también en el punto de Poncho Pérez y de momento intervienen con dos máquinas en el corregimiento Playa Alta.

En las próximas horas, anuncia el mandatario, las obras se iniciarán en el corregimiento de Puerto Venecia, considerado el punto más crítico.

Si bien la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo invierte en estas obras de control de inundaciones 1.100 millones de pesos y 80 millones de pesos la Gobernación de Sucre, además de 25 máquinas, 14 del nivel central y 11 del Departamento, el alcalde de Achí dice que solo para los trabajos del corregimiento Tres Cruces fue que hubo apoyo del gobierno de Bolívar, los otros puntos críticos los atiende el ente territorial.

“En Achí no hemos recibido maquinaria de la Unidad de Gestión de Riesgo nacional y menos horas de trabajo. Yo reitero que estamos vulnerables y ameritamos una intervención grande. Hemos sido abandonados en lo que a reforzamiento de diques protectores a orillas del río Cauca se refiere”, anota el mandatario.

Deja en claro que en el llamado Punto G, que es uno de los más amenazantes y que el Gobierno Nacional en una inspección a finales de febrero lo decretó como el más crítico y por ende su intervención debió ser la primera, no han empezado las obras al ritmo que lo amerita. Solo hay una máquina (retroexcavadora) para atender casi dos kilómetros de jarillón que deben mejorarse.

El Punto G amerita obras de gran envergadura y en él deben confluir los esfuerzos de las administraciones de Sucre y Bolívar por cuanto se ubica entre Achí y Majagual.

Alexánder Jiménez, pescador, asegura que este oficio del que muchos viven y se alimentan en la Mojana, también se ha visto afectado en los últimos meses por todo lo que ha ocurrido en esta región.

“La baja del río por el verano nos afectó mucho y todavía estamos sufriendo. Los pescados están flacos y por ende pierden valor. Después de  la crisis de Hidroituango no nos reponemos. Nuestro trabajo está en un 50%”, dijo.

La voz oficial en las obras. Carlos Lázaro Barrios, uno de los ingenieros civiles que trabaja en las obras de la Boca del Cura o Boca del Canal, asegura que en este punto priorizado realizan obras de tablestacado para retención del talud, además de la colocación de sacos de polietileno que forman un muro de contención.

Este talud, dice el profesional de la ingeniería, necesita un refuerzo mayor porque tiene muchas grietas debido a que al momento de construirlo no fue reforzado.

Asegura que los trabajos los realizan lo más rápido posible para ganarle tiempo al tiempo, para que cuando las lluvias fuertes lleguen y las aguas quieran ingresar  ya una parte del talud esté cubierto.

Por su parte el ingeniero Guillermo Salgado Jiménez, que adelanta los trabajos en el llamado chorro de Diógenes, otro de los puntos críticos en la Mojana sucreña, específicamente en el municipio de Guaranda, aseguró que allí están construyendo un nuevo terraplén porque el anterior ya se deterioró. Este tiene una altura de 3 metros y es más ancho.

José Nicolás Vega Lastre, coordinador en Sucre de Gestión de Riesgo, asegura que las obras están previstas desarrollarse hasta mitad del mes de junio, además de los puntos críticos  identificados hace dos meses adicionaron otros 8 en su mayoría en San Marcos.

Considera que con estas obras la Mojana se blinda para la llegada de las lluvias. Estos trabajos hacen parte del plan de acción que fue diseñado para afrontar el paso de la temporada seca a la lluviosa.

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